Crímenes Rituales en pleno S XXI: Con el signo del 666: brutal crimen de una embarazada en ritual satánico



Una joven neuquina fue asesinada en un extraño ritual satánico. Sus ruestos fue encontrado en un descampado de la ciudad de Roncón de los Sauces. La mujer, identificada como Fernanda Pereyra, de 26 años y embarazada, fue quemada con tablas, partes de palets, gomas y grandes cantidades de combustible.

El lugar donde quemaron el cadáver no habría sido elegido al azar: el descampado está en el kilómetro 6 de la ruta 6. La víctima, además, estaba embarazada de 6 meses. Para los investigadores, se trata de un gesto cruel y morboso dedicado al 666, el número bíblico de "La Bestia".

Según publica Clarín, hay tres detenidos por el crimen: su ex pareja, Luciano Hernández, y dos amigos de él, Osvaldo Castillo y Diego Marillán. Según informaron fuentes del caso, los acusados están relacionados con el tráfico de drogas en la zona y practican satanismo. Los investigadores creen que la víctima fue sometida a un ritual en el que se involucró a San La Muerte, el santo de los narcotraficantes, y a Destranca Rua, entidad relacionada con el kimbanda, un culto angoleño.

En el inquilinato en el cual vivían los sospechosos descubrieron música satánica e imágenes en las que predomina la idea del Diablo como entidad superior. Los tres llevan en sus cuerpos tatuajes relacionados con un credo oscuro y sangriento. En sus pieles predominan los tridentes y las mujeres en llamas. En el patio de la pensión hasta encontraron una oveja que los involucrados usarían en sus ceremonias.

Según la investigación que llevan adelante los fiscales Agustín García y Fabián Flores, los tres acusados subieron a Pereyra a una Renault Kangoo y la acuchillaron. La camioneta fue lavada, pero la Policía detectó sangre y cabellos de la víctima en los asientos y el techo. Después la trasladaron hasta el descampado a orillas de la ruta 6. Ubicaron al cuerpo entre matorrales, maderas y gomas, y lo quemaron. Antes de cometer el homicidio habrían participado de un ritual satánico.

Neuquén.- Culto kimbanda y fanatismo satánico son los condimentos que alientan la línea de investigación de cómo asesinaron a Fernanda Pereyra, la joven embarazada de Rincón de los Sauces que incineraron en una hoguera armada con palos, cubiertas y combustible.

Tras una ardua pesquisa, los investigadores llegaron a un inquilinato de mala muerte, ubicado en calle Rioja, donde vivían Luciano Hernández, el ex de Fernanda, y Osvaldo Castillo, dos de los tres detenidos por el crimen.

Al ingresar vieron lo inimaginable pese a estar trabajando en uno de los asesinatos más aberrantes en la historia criminal neuquina.

Tras cruzar el pasillo del inquilinato, en la primera habitación había un santuario con música tétrica, plagado de velas, figuras satánicas, una calavera, santos paganos como San La Muerte y una entidad a la que se veneraba: el Destranca Rua.

El fanatismo se terminó de confirmar cuando Castillo fue identificado y observaron sus tatuajes. En el pecho tenía inscripto “Destranca Rua” y luego por el torso y en los brazos aparecían tridentes, mujeres en llamas, el sacrificio de un recién nacido rodeado por el fuego y figuras demoníacas.

En las cuatro habitaciones de la pensión observaron condiciones de vida precarias, incluso en la de Hernández, quien es hijo de un ex gerente del Banco Provincia de Neuquén (BPN) y de una funcionaria judicial de Cutral Co.

Al fondo de esa casa del horror había un corral construido con palets donde tenían una oveja con la que se presume realizaban oscuros rituales.

En ese horrendo santuario, estiman que podría haberse pergeñado el aberrante homicido.

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