Akodessewa: la Salada de la magia negra y la hechicería.
Pieles de animales, hierbas exóticas y hasta partes humanas se pueden encontrar aquí.
África es el continente de donde surgieron las primeras leyendas de brujería y maldiciones que ahora dan la vuelta al mundo. El vudú es uno de los principales ejemplos de la gran lista relacionada con las artes obscuras, cuyos orígenes se remontan a África Occidental, pero que ha tenido grandes repercusiones en América.
En Cuba, Haití, y Puerto Rico, lugares que sirvieron como desembarcaderos de esclavos, se practica la santería, la cual retoma elementos de distintas religiones africanas vudú, aunque mezcladas con costumbres católicas, pero sin dejar de lado las sesiones de hechicería y rituales.
Tradicionalmente, brujos y hechiceros han utilizado objetos como hierbas exóticas, partes de animales, huesos de gato negro, gallinas negras, manos de mono e incluso tierra de cementerio para llevar a cabo sus rituales de protección o para dañar al alma de sus enemigos.
Toda esta clase de elementos se consiguen en Lomé, Togo, donde se encuentra el mayor mercado de magia negra que existe en el mundo. Construido en el siglo XX, cuando los africanos de todo el mundo decidieron revivir todas las costumbres que los europeos habían intentado arrebatarles.
Hechiceros vudú como los Bokor, encuentran en el mercado Akodessewa sus reservas de ingredientes mágicos como pieles de leopardo y antílopes, hasta cabezas de osos, leones y monos. Incluso, pueden encontrarse partes humanas, utilizadas en los rituales más poderosos que sólo pueden efectuar los verdaderos profesionales.
Este mercado es visitado por personas de diferentes partes de África Central y el Caribe, sobre todo de Haití, quienes después del terremoto de 2010 han regresado a buscar amuletos para ayudar a los habitantes de la isla a superar sus problemas.
Quien visita el mercado de Akodessewa por primera vez debe solicitar la compañía de un guía, para que sea dirigido por los lugares más seguros del lugar, donde podrán ser testigos del legado mágico de todo un continente.
Esperma de hombre o las garras de un buitre algunas de las mercancías más solicitadas
El corazón y genitales de un varón, asesinado a machetazos, valorados en 10.000 euros
Según explicaron a EL MUNDO las hermanas scalabrinianas, unas religiosas que trabajan en la frontera entre Mozambique y Sudáfrica para luchar contra el tráfico de niños, "hay un mercado negro a la carta en el que desde Sudáfrica se piden partes de un niño u órganos y desde Mozambique se sirven, en ocasiones con la complicidad de familiares de las víctimas". Es famoso el caso de un camión que fue interceptado en la frontera de Ressano García (Mozambique) con cajas de comida que en realidad llevaban órganos humanos dentro.
Los animales son otro de los grandes objetivos de esta lucrosa magia negra. El ya famoso e internacional caso del cuerno de rinoceronte, cuya caza indiscriminada se ha convertido en una batalla mundial por la conservación y que alcanza un valor de hasta 40.000 euros el kilo en el mercado negro, es sólo la gran punta de un inmenso iceberg. "Se usan dientes de leones o garras de buitres para algunos brebajes", reconoce a EL MUNDO una curandera de la zona de Zambezia, en Mozambique.
Hace poco las autoridades y medioambientalistas alertaban de que la población de buitres estaba descendiendo drásticamente debido entre otras cosas a la brujería. No es el único caso, recientemente se lanzaba una alarma que parece ya más constatar una defunción sobre el Gorila del río Cross. Esta subespecie de primate, de la que ya sólo quedan 250 ejemplares repartidos entre Camerún y Nigeria en todo el mundo, "está desprotegida y está siendo cazada ilegalmente entre otras cosas para su uso en la magia negra", denuncian asociaciones conservacionistas como Limbe Wildlife. Su valor en el mercado, debido a la poca oferta, puede alcanzar miles de euros.
En pleno siglo XXI, el Mercado de Togo parece anclado en un mundo mágico, en el que las fuerzas ocultas pueden cooptarse y dominarse. Su importancia nos indica cuánto poder tienen estas creencias en gran parte de la población africana.
África es el continente de donde surgieron las primeras leyendas de brujería y maldiciones que ahora dan la vuelta al mundo. El vudú es uno de los principales ejemplos de la gran lista relacionada con las artes obscuras, cuyos orígenes se remontan a África Occidental, pero que ha tenido grandes repercusiones en América.
En Cuba, Haití, y Puerto Rico, lugares que sirvieron como desembarcaderos de esclavos, se practica la santería, la cual retoma elementos de distintas religiones africanas vudú, aunque mezcladas con costumbres católicas, pero sin dejar de lado las sesiones de hechicería y rituales.
Tradicionalmente, brujos y hechiceros han utilizado objetos como hierbas exóticas, partes de animales, huesos de gato negro, gallinas negras, manos de mono e incluso tierra de cementerio para llevar a cabo sus rituales de protección o para dañar al alma de sus enemigos.
Toda esta clase de elementos se consiguen en Lomé, Togo, donde se encuentra el mayor mercado de magia negra que existe en el mundo. Construido en el siglo XX, cuando los africanos de todo el mundo decidieron revivir todas las costumbres que los europeos habían intentado arrebatarles.
Hechiceros vudú como los Bokor, encuentran en el mercado Akodessewa sus reservas de ingredientes mágicos como pieles de leopardo y antílopes, hasta cabezas de osos, leones y monos. Incluso, pueden encontrarse partes humanas, utilizadas en los rituales más poderosos que sólo pueden efectuar los verdaderos profesionales.
Este mercado es visitado por personas de diferentes partes de África Central y el Caribe, sobre todo de Haití, quienes después del terremoto de 2010 han regresado a buscar amuletos para ayudar a los habitantes de la isla a superar sus problemas.
Quien visita el mercado de Akodessewa por primera vez debe solicitar la compañía de un guía, para que sea dirigido por los lugares más seguros del lugar, donde podrán ser testigos del legado mágico de todo un continente.
Esperma de hombre o las garras de un buitre algunas de las mercancías más solicitadas
El corazón y genitales de un varón, asesinado a machetazos, valorados en 10.000 euros
Según explicaron a EL MUNDO las hermanas scalabrinianas, unas religiosas que trabajan en la frontera entre Mozambique y Sudáfrica para luchar contra el tráfico de niños, "hay un mercado negro a la carta en el que desde Sudáfrica se piden partes de un niño u órganos y desde Mozambique se sirven, en ocasiones con la complicidad de familiares de las víctimas". Es famoso el caso de un camión que fue interceptado en la frontera de Ressano García (Mozambique) con cajas de comida que en realidad llevaban órganos humanos dentro.
Los animales son otro de los grandes objetivos de esta lucrosa magia negra. El ya famoso e internacional caso del cuerno de rinoceronte, cuya caza indiscriminada se ha convertido en una batalla mundial por la conservación y que alcanza un valor de hasta 40.000 euros el kilo en el mercado negro, es sólo la gran punta de un inmenso iceberg. "Se usan dientes de leones o garras de buitres para algunos brebajes", reconoce a EL MUNDO una curandera de la zona de Zambezia, en Mozambique.
Hace poco las autoridades y medioambientalistas alertaban de que la población de buitres estaba descendiendo drásticamente debido entre otras cosas a la brujería. No es el único caso, recientemente se lanzaba una alarma que parece ya más constatar una defunción sobre el Gorila del río Cross. Esta subespecie de primate, de la que ya sólo quedan 250 ejemplares repartidos entre Camerún y Nigeria en todo el mundo, "está desprotegida y está siendo cazada ilegalmente entre otras cosas para su uso en la magia negra", denuncian asociaciones conservacionistas como Limbe Wildlife. Su valor en el mercado, debido a la poca oferta, puede alcanzar miles de euros.
En pleno siglo XXI, el Mercado de Togo parece anclado en un mundo mágico, en el que las fuerzas ocultas pueden cooptarse y dominarse. Su importancia nos indica cuánto poder tienen estas creencias en gran parte de la población africana.
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