Elemental Watson: la historia detrás del personaje.



Sherlock Holmes

Sherlock Holmes, personaje ficticio creado en 1887 por Sir Arthur Conan Doyle, es un "detective asesor" de Londres de finales del siglo XIX, que destaca por su inteligencia y hábil uso de la observación y el razonamiento deductivo para resolver casos difíciles. Es protagonista de una serie de 4 novelas y 56 relatos de ficción, que componen el canon holmesiano, publicados en su mayoría por The Strand Magazine.

Sherlock Holmes es el arquetipo de investigador cerebral por excelencia e influyó en gran medida en la ficción detectivesca posterior a su aparición. Aunque podemos considerar a Auguste Dupin, creado por Edgar Allan Poe, como un personaje predecesor muy similar, la genialidad excéntrica de éste no alcanzó la enorme popularidad que Holmes y su autor alcanzaron en vida de éste ("The Strand Magazine" publicaba las aventuras de Holmes a precios muy accesibles, y muchos "lectores comunales" de diversas industrias leían las obras de Doyle en voz alta como una suerte de "radio" victoriana, práctica ya habitual con la obra de Charles Dickens).
Sherlock Holmes, que en un principio Doyle tenía previsto llamar Sherrinford,[1] es un detective privado, alto, delgado, frío, irónico, ingenioso e intelectualmente inquieto. Watson le describe físicamente del siguiente modo al poco de conocerse:

Su estatura sobrepasaba los seis pies, y era tan extraordinariamente enjuto, que producía la impresión de ser aún más alto. Tenía la mirada aguda y penetrante, [...] y su nariz, fina y aguileña, daba al conjunto de sus facciones un aire de viveza y de resolución.

Estudio en escarlata.
En ocasiones resulta un tanto brusco, pero es cortés con las mujeres a pesar de que desconfía de ellas. Su compañero, amigo y cronista Watson resalta en uno de sus casos la presencia de una bella dama llamada Irene Adler, que chantajea al príncipe de Bohemia (en las obras de Sherlock Holmes se ve una geopolítica paralela, se nombran reyes, como el de Escandinavia u otros...), la cual es considerada siempre por Sherlock como "La mujer". A sus ojos, ella rivaliza con él mismo en inteligencia, como demuestra en una de sus aventuras.

Y así fue como se evitó un gran escándalo que pudo haber afectado al reino de Bohemia, y cómo los planes más perfectos de Sherlock Holmes se vieron derrotados por el ingenio de una mujer. Él solía hacer bromas acerca de la inteligencia de las mujeres, pero últimamente no le he oído hacerlo. Y cuando habla de Irene Adler o menciona su fotografía, es siempre con el honroso título de la mujer.

Las aventuras de Sherlock Holmes. Escándalo en Bohemia.[3]
No es muy ordenado en la rutina cotidiana, es muy habilidoso disfrazándose, fuma en pipa, le gustan las galletas, toca el violín (un Stradivarius, y a menudo a horas poco adecuadas) con maestría, es un experto apicultor, excelente boxeador, tiene un gran conocimiento científico, en especial en química, y, cuando se aburre por falta de los retos intelectuales que suponen sus casos, consume cocaína en una solución al 7% (esto sólo se menciona en el libro El signo de los cuatro, publicado en 1890), la cual deja gracias a la insistencia de Watson, con quien vive hasta finales del siglo XIX en el número 221B Baker Street, en Londres.

Sherlock tiene un hermano siete años mayor, Mycroft Holmes, que posee una capacidad de observación y de deducción mayores que las suyas, pero es incapaz de aplicar sus habilidades a una actividad detectivesca, ya que no tiene ni ambición ni energía. Es miembro y cofundador del Club Diógenes, y es mencionado en cuatro historias de Sherlock Holmes: "El intérprete griego", "El problema final", "La casa vacía" y "Los planos del Bruce-Partington". El problema es que Mycroft carece de sentido práctico, lo que se ve claramente en "El intérprete griego", donde su titubeante aproximación al caso casi le cuesta la vida a su cliente. En la historia de "Los planos del Bruce-Partington" Holmes revela a Watson que su hermano Mycroft, aunque no conste, ocupa un cargo importantísimo en el gobierno británico hasta el punto que, como dice Holmes, "no mentiría si digo que a veces el gobierno es él".

El primer caso en el que Sherlock interviene de joven, según le cuenta a Watson, es en la aventura de "La corbeta Gloria Scott" (1893), en la cual ayuda a un amigo a descifrar un mensaje codificado.

Doyle basó el método deductivo de su personaje en el proceder de uno de sus profesores en el Edinburgh Royal Infirmary, donde estudió medicina, Joseph Bell.

Aunque muchos han negado esta opción, el escritor basó su descripción de Holmes en un antiguo amigo facultad, llamado Sherrinford, el cual llegó a formar parte de Scotland Yard, aproximadamente hacia el año 1944, gran amigo y aliado de Conan Doyle y cuyas descripciones de vivencias policiacas inspiraron muchas de sus obras.[cita requerida]

Biografía
Ateniéndonos a las pautas de textos de Doyle, Sherlock Holmes nació el 6 de enero de 1854. Su padre era un hacendado inglés y su madre descendía de una estirpe de pintores franceses. Tiene un hermano, Mycroft, que gracias a las portentosas facultades para gestionar ingentes cantidades de información que posee, trabaja casi anónimamente como coordinador general e informador interno de los asuntos del gobierno británico.

Sherlock Holmes parece haber sido un estudiante en la universidad, probablemente la de Oxford, pero sin duda no Cambridge. Tras su graduación, se aloja cerca del Museo Británico para poder estudiar las ciencias necesarias para el desarrollo de su carrera posterior. Conoce a Watson en 1881, en el Hospital Saint Bartholomew. Rehúsa el título de sir, pero acepta la Legión de honor.

Su gran enemigo, también de extraordinarias facultades intelectuales, es el profesor Moriarty, quien llegó a acabar aparentemente con la vida del eminente detective en la cascada de Reichenbach, Suiza (La aventura del problema final). Doyle tuvo que optar por resucitar a su héroe cuando miles de lectores protestaron llevando crespones negros en el sombrero en señal de luto. Sherlock Holmes reaparece en el caso La casa vacía (La reaparición de Sherlock Holmes, 1903).

Tras una carrera de 23 años, de los que Watson compartió 17 con él, Holmes se retiró a Sussex, donde se dedicó a la apicultura, y llegó a escribir un libro titulado Manual de apicultura, con algunas observaciones sobre la separación de la reina, y también, casi casualmente, resolvió uno de sus casos más complicados: "La aventura de la melena del león" (1907). Posteriormente a su jubilación como detective se dedicó dos años a preparar concienzudamente una importante acción de contraespionaje poco antes del inicio de la Primera Guerra Mundial. Nada más consta sobre él a partir de 1914.

En la primera historia, Estudio en escarlata, se da algo de fondo en Holmes. A principios de 1881, se presenta como un estudiante independiente de química con una variedad de intereses muy curiosa, casi todos los cuales le sirven en la solución de crímenes. En una de las primeras historias, La corbeta Gloria Scott, el padre de un amigo del colegio le felicita por sus habilidades deductivas y el propio Holmes explica que ello fue una de las razones por la que se convirtió en detective.
Holmes siempre usó métodos científicos (o supuestamente científicos) y se centra en los métodos de la lógica y los poderes de observación y deducción. Es un personaje excéntrico y siempre sigue siendo objetivo. Él sólo nos revela las cosas poco a poco. En Estudio en Escarlata, Watson se muestra sorprendido del desconocimiento que tiene Holmes de la teoría heliocéntrica demostrada por Nicolás Copérnico en el siglo XVI.
Más aún cuando justo después de ello Holmes le asegura que "ahora que lo sabe, intentará olvidarlo", aludiendo a que cree que el cerebro es limitado en cuanto a la capacidad de información que puede retener, y que por ello "es de mayor importancia que los datos inútiles no desplacen a los útiles". A raíz de esto, el doctor Watson decide evaluar las habilidades de Holmes, calificándolas de este modo:

Literatura.— Cero
Filosofía.— Cero.
Astronomía.— Cero.
Política.— Ligeros.
Botánica.— Desiguales. Al corriente sobre la belladona, opio y venenos en general (puede distinguir el lugar de cultivo de la planta, día y tiempo de consumo estudiando una colilla de cigarro). Ignora todo lo referente a los cultivos prácticos y jardinería.
Geología.— Conocimientos prácticos, pero limitados. Distingue de un golpe de vista las clases de tierras. Después de sus paseos por Londres puede debido a color y consistencia definir de que parte de toda la ciudad es cada una de las manchas de barro en su pantalón.
Química.— Conocimientos profundos.
Anatomía.— Exactos, pero no sistemáticos.
Literatura sensacionalista.— Inmensos. Parece conocer con todo detalle los crímenes perpetrados en el siglo XIX.
Música.- Toca bien el violín.
Combate.- Experto boxeador y esgrimista de palo y espada.
Leyes.- Tiene conocimientos prácticos de la leyes británicas.[6]

Sherlock Holmes como icono popular
Estatua de Sherlock Holmes en Londres (Reino Unido)Sherlock Holmes ha sido llevado muchas veces al cine y al teatro y también aparece en novelas, relatos, historietas, dibujos animados y series de televisión, con los más diversos grados de fidelidad al espíritu del personaje que es ya todo un icono de la cultura popular.

Entre los actores más aplaudidos se encuentran Basil Rathbone quien, con Nigel Bruce, constituyeron el icono referencial en el ámbito del cine; Peter Cushing, Robert Stephens y Jeremy Brett, quizás el mejor Sherlock Holmes de la pequeña pantalla debido a su grado de fidelidad en Las Aventuras de Sherlock Holmes.

Entre las historietas, destacan versiones cómicas como las españolas "Las extrañas aventuras de Sherlock López y Watso de Leche" (1943) de Gabriel Arnao Crespo o "Sir Tim O'Theo" (1970) de Raf.[7] También apareció brevemente en el 50 aniversario de Detective Comics (número 572, agosto de 1980) junto a Batman, el personaje más popular de la publicación (y cuyo método deductivo guarda a veces similitudes con el personaje de Conan Doyle).

En cuanto a las novelas, Sherlock Holmes vuelve a aparecer como personaje secundario en la saga Sherlock Holmes y los Irregulares de Baker Street. Las novelas, escritas por Tracy Mack y su esposo Michael Citrin, se centran en el grupo de huérfanos (Los Irregulares de Baker Street), quienes ayudan a Holmes en varias de las novelas originales.

Recientemente este personaje ha renacido de la mano de la serie televisiva estadounidense House, sobre el irreverente doctor del mismo nombre, especialista en diagnóstico médico. Holmes no sólo comparte con House parecido en el nombre, sino también su personalidad genial y unos métodos muy similares a la hora de resolver sus casos. Como un guiño a los espectadores, los guionistas alojan al Dr. House en el 221B. Su mejor amigo Wilson, también comparte similitud en el nombre con Watson. También comparten la dependencia a las drogas (Vicodine/cocaina al 7%) y el hecho de que ambos tocan un instrumento (el piano y la guitarra/el violín).

En enero del 2010 se estrenó la nueva película sobre las aventuras de Sherlock Holmes dirigida por Guy Ritchie y que cuenta con la participación de Robert Downey Jr. (Holmes), Jude Law (Watson) y Rachel McAdams (Adler).

Curiosidades
La célebre frase Elemental, mi querido Watson (Elementary, my dear Watson) no aparece en ninguna de las obras de Conan Doyle sobre Sherlock Holmes. Se suele creer que aparecía en una de las historias cortas de "El Jorobado" (en Las Memorias de Sherlock Holmes" (The Crooked Man), pero en el original en inglés, así como en algunas traducciones, la palabra "elemental" y la frase "mi querido Watson" aparecen por separado.

El sombrero de cazador de gamos característico del detective nunca se menciona en la obra de Doyle: es un añadido del ilustrador de The Strand Magazine Sidney Paget, que, además, utilizó a su hermano Walter como modelo para representar el aspecto de Holmes.

La pipa meerschaum, propia de la iconografía de Sherlock Holmes, no apareció hasta que fue utilizada en una dramatización de teatro de uno de los relatos en la década de 1920.

La novela de "El sabueso de los Baskerville, lleva la narración un tiempo 8 años anterior, debido a las cartas recibidas por Doyle que pedían un regreso del personaje al haber fallecido este en el relato "El problema final".

Cuando Doyle falleció, su residencia en Londres fue convertida en el 221B de Baker Street. El edificio pertenece a una empresa (la cual, muy amablemente, contesta y conserva todas las cartas que diariamente recibe para Mr. Holmes, y ha llegado a publicarlas).

Antes de que se publicara la primera novela de Sherlock Holmes titulada "Estudio en escarlata" o también "Tratado en Escarlata" Conan Doyle tuvo que pedirlo varias veces hasta que con el título antes mencionado el editor se dispuso a publicar la novela.

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