Quiénes son los ultraconservadores que irrumpieron en la Catedral porteña

Los lefebvristas se autoconsideran los verdaderos fieles del cristianismo. La historia de su fundador y el caso del obispo Richard Williamson expulsado del país.




Los incidentes de este martes en la Catedral de la Ciudad de Buenos Aires tuvieron como protagonistas a sacerdotes y fieles del grupo cismático ultraconservador denominado "lefebvrista", el cual no es la primera vez que generan polémica con sus actos o declaraciones. ¿Quiénes son, qué piensan, y a quién responde este grupo?

La comunidad a la que pertenecen es la Hermandad Sacerdotal San Pío X, la cual llegó a la tapa de los medios argentinos en febrero de 2009, al explotar el escándalo del religioso lefebvrista Monseñor Richard Williamson quien negó el Holocausto judío. El obispo insistió tiempo después ante un matutino alemán que "no existían evidencias" del genocidio perpetrado por el régimen nazi. "Cuando encuentre pruebas del Holocausto, entonces me corregiré, pero para eso se necesita tiempo", dijo para repudio de la opinión pública nacional e internacional.

La controversial historia de los lefebvristas comienza desde el Concilio Vaticano II a comienzos de la década del '60. A pesar de ser expresos seguidores de la doctrina del arzobispo francés Marcel Lefebvre niegan la nomenclatura de "lefebvristas", dado que ellos no se consideran una "rama" del catolicismo. Ellos se autoconsideran como católicos "apegados a la tradición". Lefebvre es conocido por sus posturas "integristas", es decir, que evoca todo lo establecido antes del Concilio (en la actualidad el papa Francisco es uno de los más acérrimos defensores de los decretos conciliares). Razón que lleva a esta agrupación a negar, entre otras prácticas, el diálogo interreligioso o ecuménico.

La separación progresiva de los lefebvristas con la Santa Sede llegó su punto máximo cuando en junio de 1988 Lefebvre consumó el último "cisma" (división) al consagrar obispos -sin autorización del Vaticano- a cuatro de sus seguidores en la "Fraternidad Sacerdotal de San Pío X". El lefebvrismo se declara guardián de la fe y de la tradición y rechaza el reformismo o "modernismo". Su defensa del latín y de la misa de San Pío V (la del Concilio de Trento, siglo XVI) alimentaron la rebelión contra el modernista Vaticano II. "Voy a salvar a la Iglesia de los anticristos que se han apoderado de la sede de Pedro", dijo Lefebvre en ocasión del abierto enfrentamiento con el Vaticano. "Roma ya no es católica. Los males que nosotros condenamos, como el comunismo, el socialismo, el modernismo y el sionismo, han sido adoptados por Roma", criticó.

Inesperado fue para esa confesión cuando el papa Benedicto XVI, en plan de reincorporación y readaptación al catolicismo romando, les tendió una mano. Ofrecimiento que fue rechazado por mantenerse firmes en sus posturas. Asimismo Benedicto XVI anuló en 2009 la excomunión a los cuatro obispos tradicionalistas consagrados por Lefebvre (Williamson, entre ellos). Los intentos de Benedicto XVI porque no se genere una "iglesia paralela" fueron varios, pero infructuosos. Liberalizó el rito antiguo de la misa (en latín y de espaldas a la congregación), reclamado por los lefevbristas. Pero el regreso al catolicismo romano no llegó a buenos términos. Los cuatro obispos siguen suspendidos "a divinis", lo que significa que no pueden ejercer su ministerio en la Iglesia Católica y sus comunidades están aún en estado de "cisma".

Entre los hechos más recientes, generado desde el lefebvrismo, se encuentra la celebración que hicieron hace semanas en la localidad de Albano Laziale, cerca de Roma, de los funerales del criminal nazi Erich Priebke. En Argentina son más de 20 los sacerdotes lefebvristas (500 en todo el mundo). En el seminario que se encuentra en la localidad de La Reja, es el único en donde se puede estudiar en español. El vocero episcopal, presbítero Jorge Oesterheld, sostuvo que "la Iglesia en Argentina no mantiene absolutamente ningún contacto institucional y de ninguna índole con los lefebvrista".

La relación con el papa Francisco. El obispo Bernard Fellay, superior general de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, rechaza de plano los gestos y la actitud de Bergoglio para con temas sociales y religiosos. "La situación de la Iglesia es un verdadero desastre y el actual Papa la está haciendo 10 mil veces peor. Va a dividir la Iglesia, está provocando rabia".

Y las críticas no terminan allí. En la web Panorama Católico, defensora del lefebvrismo, se refirieron a la misa ecuménica de la Catedral como una "nueva profanación presidida por el Arzobispo de Buenos Aires". "El Arzobispo se reúne hoy con quienes niegan a Cristo como Salvador y dicen que el Mesías no ha venido, o que el acto mesiánico redentor es la llamada Shoá. ¿Se podría apelar a Roma? Imposible, allí gobierna quien organizó estos actos durante años. Y no parece haber rectificado sus errores", expresa una nota firmada por el editor de la publicación digital.


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