Peligrosidad religiosa: la pérdida del yo. Hoy: Los testigos de Jehová.


Me preguntaban hace poco por el face cuales eran los principales cambios que se producían en la personalidad y en la conducta diaria de los actores sociales que ingresan al Jehovismo, y ayudado por un prestigioso apologista traté de enumerar algunos rasgos significativos. 
Todo aquel que decide ser miembro bautizado de los “testigos de Jehová” tendrá que soportar lo siguiente:
1.- La pérdida de su libertad para discrepar eventualmente con lo que le enseña “el esclavo fiel y discreto”.
2.- Una marcación a presión en lo que respecta a su asistencia a las 5 reuniones semanales de la congregación, a su servicio de casa en casa semanal, y a su vida personal (estudios superiores, libros que lee, novia o esposa que escoge, etc).
3.- El temor latente de ser citado por un comité Judicial por razones de sus creencias personales, discrepancias u objeciones doctrinales, u otros hechos inconvenientes para la organización.
4.- El constante peligro de perder a su cónyuge, hijos, padres, tíos, amigos, si decide salirse de la secta o si termina expulsado por “apostasía”.
5.- El peligro de ser señalado o acusado por otro hermano por leer literatura ajena a la de la Sociedad.
6.- La prohibición de participar de la santa cena, comiendo y bebiendo de los emblemas tal como lo hicieron los primeros cristianos.
7.- La prohibición de usar otra versión bíblica que no sea de la WT (La Traducción del Nuevo Mundo).
8.- La Prohibición de que usted dé un discurso de su propia cosecha, salvo aquellos temas que la sociedad  ha pre elaborado para sus discursantes desde Brooklyn, N.Y.
9.- El repudio por parte de la feligresía como si usted fuera un leproso si fortuitamente terminara expulsado por alguna razón, pues no le dirigirán la palabra, ni la mirada, hasta que usted vuelva a ser restaurado a la secta.
10.- La prohibición, bajo pena de expulsión, de conmemorar el día de la madre, la fecha de su matrimonio, o el cumpleaños de sus seres queridos, alegando que son costumbres paganas, y por tanto, satánicas.
11.- El señalamiento como tibio si es que sólo cumple parcialmente con lo que la secta espera de usted, pudiendo perder por esto sus privilegios ganados al ser degradado como ineficiente.
12.- La prohibición a participar de algún cargo público para el servicio de su comunidad. No podrá aspirar a ser, por ejemplo, alcalde de su ciudad, porque lo juzgarán como si fuera un hermano mundano.
13.- Si lo ven solo con una dama en un parque temprano en la noche siendo soltero o casado, lo podrán citar para que dé cuenta de su conducta sospechosa, y podrá ser señalado de fornicador, inmoral, o de inmaduro, y correrá el peligro de ser disciplinado.
14.- Que lo juzguen mal, si al progresar usted en el aspecto económico, se comprara una mansión o un auto elegante. Usted podrá visto como inmaduro o poco sabio, salvo, claro está, que dé parte de su fortuna a la organización de Jehová para el “progreso de la obra”.    
15.- Que le tilden de inmaduro, tibio, o poco sabio, si decide estudiar en una universidad (carrera larga),  y más, si opta por seguir estudios de post grado, pues será relegado a un segundo plano.
16.- Ser sometido a un sutil lavado cerebral a través de su literatura impresa (estudios de revista La Atalaya y del libro), de tal suerte que usted terminará creyendo que tiene la verdad absoluta e infalible, y que su organización es la única santa y pura. Como consecuencia, usted comenzará a sentir orgullo, rechazo por las opiniones diferentes, y hasta desprecio por quiénes no piensan como usted y los considerará como siervos de Satanás y dignos de destrucción.

17.- El trauma de dejar morir a un hijo o cónyuge por la cuestión de la “santidad de la sangre”. Una chocante experiencia que podría costarle su estabilidad o permanencia en el culto si decidiera no acatarla. 

18.- La constante intromisión de los ancianos en su vida familiar:  Educación de los hijos, modas, relaciones íntimas de los esposos, amistades, parejas, etc.

19.- La prohibición de cantar el himno nacional, saludar a la bandera, o cualquier otra actitud patriótica.

20.- La prohibición de asimilarse a la fuerza armada para servir como médico, veterinario, o  ingeniero, usando el uniforme militar.

21.- Llamadas de atención de parte de los ancianos si lo vieran tomando un vaso de vino o una cerveza en un restaurante, ya sea solo, o con otras personas.

22.- Llamadas de atención severas de parte de los ancianos de su congregación, si como pintor o albañil lo vieran por casualidad trabajando en algún local político o religioso “del mundo”.

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