Neopaganismos: segunda parte.
2. Reconstruccionismos
Se denominan «reconstruccionismos» aquellas formas de neopaganismo, distintas de Wicca, que aspiran a una recuperación de religiones antiguas de la humanidad, particularmente las de Europa, Oriente Medio y Egipto. Destacan principalmente asatrú (reconstruccionismo nórdico o germánico), el politeísmo helénico, la religión romana, el druidismo (celta), las religiones precristianas de los países bálticos como la romuva (Lituania) o dievturība (Letonia), el tengrismo (monoteísmo húngaro-altaico) y distintas formas de neochamanismo, así como, en menor medida, los cultos a Mitra y a deidades egipcias de la época faraónica.
Los seguidores de cada uno de los distintos reconstruccionismos suelen reunirse (por lo general de manera separada) en grandes festivales anuales donde se visten de acuerdo a la época histórica que intentan revivir y realizan distintos rituales inspirados en aquellas tradiciones, aunque suelen evitar los aspectos más crueles y sangrientos de las mismas, como los sacrificios. Desde 1998 existe un Consejo Mundial de Religiones Étnicas, cuya sede central se encuentra en Lituania.
3. Sincretismos
Algunos autores consideran como formas de neo-paganismo a las creencias sincréticas afroamericanas de vudú, candomblé y santería (orishá), generalmente originadas por la confluencia de religiones tribales de África Occidental con manifestaciones populares de base o imaginería cristianas.
4. Teología
A diferencia del paganismo clásico, prácticamente todas las religiones neopaganas de la actualidad son panteístas, ya que creen en la existencia de una realidad última o principio divino que impregna todo lo existente, lo genera por emanación y se manifiesta a través de la naturaleza. Los dioses y diosas serían aspectos o manifestaciones arquetípicas de distintas facetas de esta realidad última.
5. Cosmología
La cosmología es uno de los puntos de encuentro entre varias religiones neopaganas.
Hablando de la creación en el ámbito pagano, emerge el hecho que la diferencia de cuanto viene en los cultos judíos y cristianos, la creación no tiene un inicio preciso para poder parar una vuelta completamente, pero en realidad no está conclusa, porque la creación es un acto, hecho constantemente y perennemente en el universo. La creación pagana, por tanto, corresponde a un proceso de desarrollo natural, cambio, mutación y evolución de la existencia, este proceso es causado por un dios, pero no originado, porque es un mecanismo derivado de la emancipación misma de la divinidad en el mundo, y su manifestación.
El motor que causa el nacimiento, el crecimiento y la muerte de las cosas o bien los eternos ciclos de la vida, es el espíritu divino mismo, permanente en el cosmos. Son las divinidades que están en el universo, las que lo plasman, modelan y modifican, dando la vida. Los dioses son conceptos junto a las fuerzas creadas que hacen que la materia se agregue y forme todas las cosas que existen en la naturaleza, son perceptibles en el mundo que el hombre habita.
La fuerza creativa se identifica, en esta óptica, con la naturaleza misma, el vehículo a través del cual se cumple el misterio divino de la vida, caracterizada por el eterno movimiento cíclico, en la cual las fuerzas místicas se reforman, renuevan y reencarnan continuamente.
Aunque la visión de la wicca es muy similar, enfonda sus propias raíces en el dualismo: el principio que emana del cosmos y anima la creación no es la única, son dos. El Dios y la Diosa, encarnados en el principio masculinos y femenino, personifican las dos fuerzas cósmicas cuya alternancia —en eterno intercambio la una con la otra— dan origen a la existencia y son base de todas las cosas. En esta óptica de unión mística, las relaciones sexuales entre hombre y mujer son sagradas porque respetan el proceso infinito de manifestación de la divinidad en el mundo.
Aunque la cosmología del neopaganismo intenta dar una explicación a eso que existe antes del origen de todo: antes de la creación estaba el caos, llamado de diferentes formas según las religiones, en el caos estaba presente una identidad primordial inactiva y eterna, la divinidad.
La creación tuvo inicio cuando la divinidad pasó de un estado de inactividad a otro, que se manifestó como una luz en la oscuridad infinita, energía cósmica.
Esta energía no creó, en el sentido literal del término, pero comenzó a poner en orden al interior del caos, comenzó a determinar: su espíritu, dar forma a la materia inanimada y sin dar forma, dándole armonía, ordenándola.
6. Liturgia
Los sistemas rituales neopaganos se diferencian de una tradición a otra. Existe todavía un hilo conductor que pasa a través del contacto con la naturaleza. La mayor parte de los ritos envuelven la presencia de elementos y símbolos naturales. Otros se relacionan con el pentáculo. En los rituales se utilizan piedras, cristales, agua, sales, flores y símbolos. Los elementos naturales son considerados catalizadores del contacto entre el mundo divino y el mundo humano. Los neopaganos creen que el mejor modo de estar en contacto con los dioses es vivir y meditar en el universo que ellos llenan.
Los lugares naturales son, en la situación actual que ve una escasa presencia de templos estables, las mejores zonas en las cuales se puedan celebrar los ritos, prácticas y misterios divinos.
En la wicca, en particular, existe una liturgia bastante codificada que prevé la utilización de una serie de objetos litúrgicos precisos en un ritual aunque es practicado por todas las diversas "tradiciones wiccanas" y en los "covens". El ritual prevé la presencia de elementos como, por ejemplo, el boline, el athame, el cáliz y el caldero.
Cada tradición prevé la celebración de la unión matrimonial religiosa enfrente de un sacerdote. Los rituales, además, esta vez se diversifican en la corriente neopagana: en la wicca hay un ritual llamado «atadura de manos», que prevé, como se deduce a través del nombre, que las manos de los esposos están unidas en un lazo para formar un nudo. Esta práctica matrimonial es en realidad muy antigua, y representa a otros grupos tanto neopaganos como wiccanos.
Generalmente no hay prejuicios sexuales, hay matrimonios heterosexuales y homosexuales. En algunas tradiciones o grupos el legado espiritual se renueva cada año y se puede elegir si seguir con la misma pareja (renovar el matrimonio) o divorciarse.
Otros rituales comunes, que tienden a abrazarse con el paso del tiempo, deviniendo en una liturgia codificada como la misa cristiana, existen una serie de rituales no codificados o simples expresiones de fe que cada pagano desarrolla tras los muros domésticos. La devoción personal prevé la utilización de un altar sobre el cual se ponen iconos de la divinidad y se la ofrece incienso, agua, fruta. Cerca del altar, que puede ser de cualquier forma y dimensión, el celebrante reza, medita y recita oraciones como símbolo de devoción a los dioses.
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