Rescatan a una adolescente que vivió nueve años esclavizada por adoradores de San La Muerte



Una adolescente que permaneció los últimos nueve años esclavizada y encerrada en un garage con un perro y un mono, ingiriendo esporádicamente levadura de cerveza, pan y agua, fue rescatada por la Justicia en la ciudad de Buenos Aires y permanece internada en un hospital con un peso de sólo 20 kilos.

La chica presenta un retraso madurativo producto de la inanición, indicaron las fuentes del juzgado interviniente, daño que no hizo más que agregar otra dosis de horror al ya espantoso cuadro.

Una pareja de adoradores de San La Muerte que la tenía en guarda provisoria desde 2001 fue detenida bajo cargos de "reducción a la esclavitud y la servidumbre, lesiones graves y privación ilegal de la libertad", según dispuso la jueza María Gabriela Lanz, quien rechazó el pedido de excarcelación que interpuso la defensa.

Los detenidos fueron identificados como Daniel Gómez, de 43 años, y Adriana Barros, de 56, ambos de nacionalidad argentina. La policía los apresó frente a una vivienda de la calle Pola 2758, en el barrio porteño de Villa Lugano.

La medida fue ordenada por el Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción número 42, de la secretaria 106.

El espeluznante caso se inició en 2001 cuando la madre biológica de la víctima, madre de otros siete hijos y de situación social empobrecida, la entregó con intervención de un juzgado civil, en "guarda provisoria" a la pareja.

Durante los primeros años hubo cierto contacto entre ambas familias, pero en 2005 se perdió el rastro de la niña e inexplicablemente nadie se interesó por su situación, hasta que una hermana biológica cumplió 18 años y comenzó a buscar a su hermana menor, hoy de 15, a quien no veía desde hacía nueve años.

Cuando halló el domicilio en el que suponía que estaba su hermana alertó a la Justicia sobre una situación irregular que aún desconocía.

La jueza Lanz inició una pesquisa que concluyó cuando fue allanada la casa de la pareja, donde los investigadores encontraron un cuadro que superaba cualquier umbral de espanto.

Desfigurada. La figura casi transparente de la niña contrastaba con la del mono, perfectamente alimentado, con un agregado: la niña describió al declarar en el sistema de Cámara Gesell que era castigada y golpeada incluso con cinturones por sus captores cuando comía las sobras que dejaba el animal.

Durante los últimos nueve años la víctima sólo salió del garage en dos oportunidades, según describió.

En el allanamiento, los investigadores encontraron cientos de elementos que vinculaban a la pareja con San La Muerte, un ritual pagano rechazado por la Iglesia Católica.

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