Allan Kardec: el Padre del Espiritismo Moderno.
Allan Kardec es el seudónimo del profesor francés Hippolyte León Denizard Rivail. Nació en la ciudad de Lyon (Francia), el día 3 de octubre de 1804 y desencarnó el 31 de marzo de 1869, en París, con la edad de 64 años.
Pertenecía a una antigua familia que se distinguió en la magistratura y la abogacía, pero Hippolyte no siguió esas carreras. Desde su juventud se sintió inclinado al estudio de las ciencias y de la filosofía.
Nacido dentro de la religión católica, fue educado en un país protestante, en la Escuela de Pestalozzi, en Yverdun (Suiza). Se convirtió en uno de los más eminentes discípulos de ese célebre profesor, así como en uno de los celosos propagandistas de su sistema de educación, que ejerció tan grande influencia sobre la reforma de la enseñanza en Alemania y en Francia.
El Instituto del célebre Johann Heinrich Pestalozzi (1746-1827), conocido como «el educador de la humanidad», fue uno de los más famosos y respetados en toda Europa. Conceptuado como escuela modelo, por donde pasaron sabios y nobles del viejo continente.
Rivail, dotado de una extraordinaria inteligencia, y atraído hacia la enseñanza por su carácter y sus aptitudes especiales, desde los 14 años enseñaba lo que sabía a sus condiscípulos que habían aprendido menos que él. En esa escuela desarrolló las ideas que más tarde habrían de ubicarlo en la categoría de los hombres progresistas y librepensadores. Concluidos sus estudios, regresó a Francia.
Como políglota conocía bien el alemán –su lengua adoptiva-, el inglés, el holandés, teniendo sólidos conocimientos del latín, griego, céltico y de algunas lenguas neolatinas, en las cuales se expresaba correctamente. Para la lengua germánica tradujo extractos clásicos de Francia, especialmente los escritos de Fenelón (Francois de Salignac de La Mothe), uno de los cuales –Telémaco- recibió inteligentes comentarios y Notas del profesor Rivail, siendo posteriormente publicado en febrero de 1830, para uso en los establecimientos educativos.
A mediados de 1825 comienza a dirigir la “Escuela de Enseñanza Primaria”, primer establecimiento de educación fundado por él en París, en sociedad con un tío materno, y funcionó hasta fines de 1834. La Escuela de Rival sobrevivió varios años a la fuerte competición y a la animosidad de las escuelas religiosas, que hacían lo posible para arruinar a las de enseñanza laica. Pero los desmanes de su tío, que tenía pasión por el juego, llevaron al Instituto a la bancarrota.
En 1832 se casó con Amélie Gabrielle Boudet y no tuvieron descendientes. Ella era Profesora de Enseñanza Superior y también profesora de Letras y de Bellas Artes.
A partir de 1835, el Profesor Rivail comienza a trabajar como contador en tres casas comerciales, empleo en que ganaba 7000 francos por año.
Entre 1835 y 1840, en su casa de la calle de Sèvres, dictó cursos gratuitos de Química, Física, Anatomía comparada, Astronomía, etc. Iniciativa digna de elogios en todos los tiempos, y particularmente en una época en la que sólo una cantidad muy reducida de inteligencias osaba transitar ese camino.
Constantemente ocupado en hacer atractivos e interesantes los sistemas de educación, inventó en esa misma época un método ingenioso para enseñar a contar, así como un cuadro mnemónico de la Historia de Francia, con el objetivo de grabar en la memoria las fechas de los acontecimientos de mayor relevancia.
Antes que el Espiritismo volviese popular e inmortal el seudónimo de Allan Kardec, Rivail ya se había hecho ilustre, por su reputación de distinguido maestro de la Pedagogía moderna; adquiriendo de forma muy elevada el concepto del pueblo francés y el respecto de autoridades y profesores.
Durante 30 años, de 1819 a 1850, muchas veces superando incomprensiones y contratiempos, Rivail (Allan Kardec) se empeñó de cuerpo y alma en instruir y en educar a innumerables niños y jóvenes parisienses, según el método pestalociano, con modificaciones, al que añadió prácticas pedagógicas creadas por él mismo, algunas de las cuales solamente más tarde –en el siglo XX- serían retomadas y ampliamente difundidas por ilustres reformadores de la enseñanza.
A partir de 1855 hasta su desencarnación Allan Kardec se consagra por completo al Espiritismo. Era un Espíritu vigoroso, que soportó sin mella persecuciones, calumnias e injurias. Trabajaba sin descanso en la atención de la correspondencia, entrevistas, edición de una revista de publicación mensual, viajes, ediciones y reediciones de los libros de la Doctrina Espírita. Además, dedicaba tiempo a la actualización de obras didácticas fuente de sus recursos personales. Todo esta descomunal actividad concluyó haciendo crisis en una enfermedad cardiovascular.
El médico francés Antoine Demeure, había abrazado con ardor la Doctrina Espírita en el tiempo de Kardec, aunque no se conocían personalmente. Desencarna el 25 de enero de 1865 y siete días después se comunica por primera vez en Espíritu, aconsejándole a Kardec moderación en sus actividades, indicándole reposo intelectual y una reducida actividad material para poder concluir la obra de la cual era responsable.
Entonces Allan Kardec busca colaboración e invita como secretarios a sus amigos Desliens y Leymarie, en particular para mantener al día la abrumadora correspondencia. Los fines de semana pasaba en su casa, en familia y acompañado de algunos amigos procurando restablecer sus energías.
Anna Blackwell, que conoció a Allan Kardec de cerca y del cual tradujo algunas de sus obras para la lengua inglesa, lo describe en el prólogo de “The Spirits’ Book”, de la siguiente manera: “En persona, Allan Kardec era de mediana estatura. Tenía una complexión robusta, cabeza amplia, redonda, firme, con facciones bien marcadas y ojos grises claros, pareciéndose más con un alemán que con un francés. Era enérgico y perseverante, pero con un temperamento tranquilo, cauteloso y realista –casi hasta la frialdad-, siendo incrédulo por naturaleza y por educación, razonador lógico, preciso y eminentemente práctico en sus ideas y acciones. Igualmente tomaba distancia del misticismo y del entusiasmo… Era grave, modesto y calmo en su manera de hablar, pero con una cierta y tranquila dignidad resultante de su seriedad y honestidad. (…) Ocasionalmente su semblante se iluminaba con una sonrisa placentera y genial, si bien que, por causa de la sobriedad natural en sus modales, nunca se lo vio dar carcajadas. (…)”
Pierre-Gaetan Leymarie, amigo íntimo de Rivail, discípulo y su continuador; confesó en determinada ocasión que las cartas anónimas, las traiciones, los insultos y la difamación sistemática perseguían al Codificador y en él abrieron heridas. Decía que Allan Kardec se levantaba a las 4:30 hs. para atender los muchos y variados trabajos del Espiritismo.
También revelaba el Sr. Leymarie a los discípulos que lo ignoraban: “Cuántas veces supimos de personas en prueba que encontraban junto a Kardec el socorro moral, y no raramente, el socorro material. Con respeto a estas cosas, él no decía una palabra, ocultando en el olvido sus buenas obras”.
Allan Kardec, desencarnó el 31 de marzo de 1869, en París. Estaba terminando los preparativos de la mudanza de la Revue Spirite y de la Sociedad Espírita de París, cuando entre las once y las doce horas, al atender al empleado de una librería, cayó pesadamente en el suelo, fulminado por la ruptura de un aneurisma de la aorta.
La ceremonia fúnebre rompe con la tradición de la estricta invitación. Una muchedumbre de mil doscientas personas, acompaña los restos hasta el cementerio de Montmartre -el más antiguo de París-, donde otra gran cantidad de gente ya estaba reunida.
Junto a la tumba de Allan Kardec se sucedieron una serie de discursos. Primero disertó el Sr. Levent, vicepresidente de la Sociedad de París. A continuación, el Sr. Camille Flammarion, sabio astrónomo francés, quien con una oratoria brillante magnetizó por cerca de media hora a los presentes. Luego el Sr. Alexandre Delanne, disertó en nombre de las Sociedades Espíritas francesas y del extranjero. El último discurso fue del Sr. Muller, que habló en nombre de la familia y los amigos.
El 29 de marzo de 1870, se procedió a la exhumación de los restos mortales del profesor Rivail del Cementerio de Montmartre, y se transfirieron al Cementerio Monumental del Pére Lachaise. El 31 de marzo, los espíritas inauguraron el monumento dolménico erigido en memoria de Allan Kardec.
El dolmen es simple y severo en sus líneas, construido con bloques de granito puro formando una cámara, en cuyo centro está el herma de bronce de Allan Kardec, casi al tamaño natural, ejecutado por el artista Capellaro. En el frontispicio del dolmen, se esculpió la frase: "Naître, mourir, renaître encore et progresser sans cesse telle est la loi”. Traducida al español es: “Nacer, morir, renacer de nuevo y progresar sin cesar, tal es la ley”.
La prensa de varias naciones resaltan la curiosa y original forma del sepulcro, destacando que es la tumba más visitada –por espíritas y no espíritas- y especialmente la más florida.
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