Notre Dame y una historia de fuego.

Último Gran Maestre de los templarios murió envuelto en llamas frente a la Catedral de Notre Dame

Esta noche, a las afueras de la catedral incendiada, las palabras del presidente de Francia, Emmanuel Macron, fueron:

“Reconstruiremos Notre Dame porque (…) es, en el sentido más profundo, nuestro destino.”

El 18 de marzo de 1314, el último Gran Maestre de los Templarios, Jacques de Molay, también tuvo una cita con el destino a las afueras de la Catedral de Notre Dame.

Como escribe Leo Zagami en Confesiones de un Illuminati Volumen 5:

“Molay murió ejecutado al quemarse lentamente en la hoguera, frente a la catedral de Notre Dame el 18 de marzo de 1314. Un testigo ocular dice que el gran maestro templario le pidió a Dios que se vengara de las personas que lo habían atormentado; y la maldición funcionó a la perfección, matando a todas las partes interesadas, comenzando con el Rey Felipe IV de Francia, conocido como Felipe el Hermoso; quien murió el 29 de noviembre de 1314 a la edad de 46 años. De Molay estaba realmente furioso en los últimos momentos de su vida y usó sus poderes mágicos después de ser obligado a hacer una confesión contra su voluntad. A pesar de retractarse después de esta confesión, fue acusado de herejía y quemado en la hoguera como un criminal vulgar. Fue este un triste episodio para la Iglesia, que organizaciones neo-templarias conmemoraron con gran solemnidad en una misa el 18 de marzo de 2018, en la catedral de Notre Dame, en París, durante el 900 aniversario de la fundación de la Orden.”

Según Ancient Origins, aquél trágico 18 de marzo de 1314, Jacques de Molay y un puñado de sus caballeros templarios, fueron enviados a la muerte tras soportar torturas y muchas otras humillaciones:

“De Molay era un hombre ya anciano, cansado de la vida y orgulloso de sus logros. Sabía que la tragedia que se había abatido sobre sus hermanos y sobre él mismo era el resultado de una conspiración. También estaba al corriente de que el rey de Francia había decidido torturar y finalmente ejecutar a estos hombres inocentes, leales caballeros de Francia. Por esta razón, en el momento de su muerte maldijo a todo aquel que había participado en la maquinación para asesinarle.”