Mikkyō: el esoterismo Budista... no se muestra pero se practica.



El Budismo, como toda religión/filosofía, iniciática cuenta con una versión esotérica, es decir sólo para "entendidos" o "iluminados".

Hoy los voy a “torturar” hablando sobre el Mikkyō (密教), literalmente traducido como “enseñanzas secretas”, pero también conocido budismo esotérico, una rama del budismo que llegó a Japón en el s.V partiendo desde el hinduismo y con influencias de El Tibet. De este sector budista han surgido escuelas tan conocidas como el budismo Zen o el Shingon.

La deidad principal es Dainichi Nyorai (大日如来) el buda que hay en el Todaiji de Nara. En las fotografía superior podéis ver a Fudō Myō-ō ( 不動明王 ), uno de los reyes de la sabiduría de este culto.

Este tipo de enseñanza budista eras más “mundana” que filosófica, en su tradición, incluye entidades que interactuan directamente con los hombres, comunicación con los antepasados, ritos de sanación, exorcismos, etc. De ahí que tuviera un gran auge entre la población durante la edad Media y la edad Moderna nipona, hasta principios del s.XX, en el que los cambios porvocados por la Era Meiji y la modernización del país, no dejaron hueco para el Mikkyō, que podríamos considerar desaparecido tras la II Guerra Mundial, aunque algunas escuelas aún persisten, si limitan a mantener el espíritu filosófico y no el práctico de la enseñanza. A pesar de esto muchas tradiciones introducidas por esta escuela se mantienen en todo el país (aunque con otro sentido) como es el caso del Obón (お盆).

La escuela shingon (真言宗, shingon shū) es una de las escuelas principales del budismo en Japón y la más importante entre las escuelas vajraiana, esotéricas o tántricas (mikkyō en japonés), fuera de la India y el Tíbet.

La palabra «shingon» es la pronunciación japonesa del término chino «zhēn yán» (‘palabras verdaderas’), que a su vez es una descripción de la palabra sánscrita «mantra» (manasa traiaté: ‘lo que libera a la mente’). El budismo shingon surgió en el Japón durante el período Heian (794-1185), cuando el monje Kūkai fue a China, estudió el budismo tántrico (Vajrayāna), regresó armado de textos y obras de arte y desarrolló su propia síntesis de la práctica y doctrina esotérica, centrada en el Buda cósmico Vairochana.



Las enseñanzas del shingon están basadas en el Maja-vairóchana-sutra y el Vashra-sékhara-sutra. El budismo tántrico se centra en los rituales y los procesos meditativos que conducen a la iluminación. Según el shingon, la iluminación no es una realidad distante y lejana que puede tardar eones en alcanzar, sino nuestro derecho de nacimiento, una posibilidad real a lo largo de esta vida. Con la ayuda de un auténtico maestro y a través de un entrenamiento correcto del cuerpo, el habla y la mente, podemos reclamar y liberar esta capacidad iluminada para nuestro bien y para el bien de los demás.

En el shingon se dice que el buda Vairochana está en todas las cosas. El objetivo del shingon es el conocimiento de que la naturaleza de uno fue idéntica a Vairochana, un objetivo que se alcanza mediante la meditación y las prácticas rituales. Este conocimiento depende de recibir la doctrina secreta de shingon, transmitida oralmente por los maestros de la escuela a sus iniciados. Tanto el cuerpo como el habla y la mente participan en el proceso: el cuerpo mediante los gestos devocionales (mudra) y el uso de instrumentos rituales, el habla mediante fórmulas sagradas (mantra), y la mente mediante la meditación.

Existe una distinción entre el shingon y todas las demás escuelas del budismo tántrico que sobreviven en el Tíbet, y es el uso de la caligrafía, en lugar de representaciones pictóricas, para representar las figuras de Buda en sus mandalas. Se emplea una antigua escritura india conocida como siddham para escribir los mantras y dibujar mandalas.

El lugar sagrado central del budismo shingon se encuentra en un valle a 800 metros de altitud, rodeado de los ocho picos del monte Koya, en un lugar que se creía sembrado de lotos, junto a la población de Koya, donde se ha construido una universidad para los estudios del budismo shingon y 120 templos, muchos de los cuales ofrecen alojamiento a los peregrinos. El templo construido en el lugar y residencia del líder del budismo shingon recibe el nombre de Kongōbu-ji.

Las enseñanzas del Budismo Esotérico (Jp. Mikkyo), el cual es llamado Budismo Tántrico o Vajrayana, florecieron en India del siglo sexto al siglo diez, esparciéndose por otras países de Asia. El Tendai Mikkyo, la escuela de Budismo Esotérico traída de China a Japón por el monje Saicho -Dengyo Daishi- fundada en el siglo nueve.

A través de sus 1.200 años de historia en Japón, el Tendai Mikkyo ha sido transmitido de maestro a estudiante en una línea contínua hasta nuestros días. Existen una amplia gama de prácticas meditativas, de naturaleza mística, dedicadas a alcanzar la iluminación (Jp.Sokushin jobutsu), o convertirse en un Buda en este mismo cuerpo, en esta misma existencia, para el beneficio de todos los seres sintientes.

Las enseñanzas no son vistas como mera teoría, sino como una experiencia religiosa. Todas se enfocan en alcanzar la unión con la energía universal del macrocosmos, el Dharmakaya, que es personificado en el Budismo Tendai como el Buda Mahavairocana - el dharmakaya del Buda Shakyamuni - que es el Buda Universal y sus múltiples manifestaciones de Budas, Bodhisattvas y otras deidades, las cuales incorporan aspectos importantes de las enseñanzas.

El Tendai Mikkyo propone una visión radical de la no-dualidad del Buda y todos los fenómenos en el Universo, los cuales estan hechos -en términos tradicionales- de los seis elementos: tierra, agua, fuego, aire, espacio y conciencia. Los fenómenos condicionados que se manifiestan en forma, color, movimiento y sonido son utilizados ritualísticamente para encarnar y develar las enseñanzas sobre la unidad escencial del Buda y todos los fenómenos.



Los escritos principales del Tendai Mikkyo son el Sutra de Mahavairocana (Dainichi Kyo), y el Sutra Vajrasekhara (Kongocho Kyo). El Ryokai Mandala, un sistema dual de mandalas basados en estos Sutras incorporan tanto las deidades budistas como hindúes, tipificando la naturaleza abarcadora de la mente iluminada del Buda.

Las enseñanzas de Sabiduría del Kongocho Kyo, representadas gráficamente por el Mandala del Diamante (Kongokai), son inseparables de las enseñanzas Compasivas del Sutra de Mahavairocana, representadas por el Mandala de la Matríz (Taizokai). La iluminación es la realización de la inseparabilidad de la sabiduría y la compasión.

Nuestra naturaleza iluminada es oscurecida por la ignorancia fundamental producida por la ilusión generada por el ego y las aflixiones kármicas, que son el resultado de nuestras acciones pasadas y de vidas anteriores. A través del cultivo de los Tres Misterios del Cuerpo, la Palabra y la Mente, podemos descubrir nuestra naturaleza iluminada, al conectar con estos tres aspectos así como existen en el nivel cósmico del Buda Mahavairocana.

Las prácticas del cuerpo: las posiciones meditativas y los mudras; las acciones de la palabra: la repetición de mantras y dharanis; y las prácticas de la mente: la concentración meditativa, las visualizaciones y el cultivo de la fe, proveen los medios para entrar en un estado de no-dualidad con el Universo, alcanzando la Budeidad en esta vida y en este cuerpo.

De acuerdo a las enseñanzas del Tendai Mikkyo, la mente y el cuerpo son una unidad inseparable. A través de la práctica de los Tres Misterios, el alcanzar la iluminación en el Budismo Tendai no es visto como algo generado por nuestros propios esfuerzos, o poder propio (Jp. Jiriki), o como algo otorgado por otro poder (Jp. Tariki), sino como el empoderamiento mutuo basado en los tres poderes. El mérito producido por la práctica individual de los Tres Misterios, junto con la "gracia" o la respuesta del poder del Buda, se unen con el poder ineherente del Universo Dhármico -el Dharmakaya, para lograr nuestro progreso espiritual. Al unirlos, dedicamos todo el mérito generado por la práctica a todos los seres sintientes.

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