Primera Iglesia satánica tiene su sede en la ciudad Minas. El "Mal" avanza.



La capital del departamento de Lavalleja alberga la sede de la primera "Iglesia satánica" de Uruguay, con proyección internacional a través de una página web. Su líder, entrevistado por LA REPUBLICA, relata los principios que rigen esta iglesia, la cual, afirma, ha recibido la adhesión de cientos de socios.

La Iglesia satánica surgió en Minas, capital departamental de poco más de 30 mil habitantes. Un movimiento de estas características sólo puede llamar la atención de los ciudadanos que lo conocen y sacudir ­aunque con seudónimos y ropas exóticas­ la tranquilidad de la ciudad serrana. El hermano Andrex, conductor del grupo, desmitifica los lugares comunes que se tejen alrededor del satanismo.

“Siempre denunciaremos la doble moral del católico que pregona la caridad para los demás, pero no para el bolsillo propio. La doble moral de esos fanáticos que concurren a grupos de ayuda cristiana y viven en casas que son viejas y decrépitas, aunque por dentro gozan de mundanales lujos que no admiten en público. La doble moral practicada incluso por la misma Iglesia, que predica la caridad y amontona oro y riquezas en su sede principal del Vaticano. Los mayores propulsores de Satanás han sido la Iglesia Católica y los nuevos pastores electrónicos”.

Así comienza su duro discurso el hermano Andrex, conductor de la Iglesia Satánica del Uruguay, también conocida como Iglesia Satánica del Sur. Andrex está convencido de que la causa más fuerte que determinó la creación del singular grupo religioso es lo que considera “las contradicciones de la moral cristiana”.

“La razón de ser de esta Iglesia es la búsqueda de una ideología alternativa a la que nos ha llevado el mundo actual”, explica. A pesar del nombre que eligió para su movimiento, el satanista se cuida de aclarar que su Iglesia no adora ningún ente maligno. “El satanismo no tiene dogma, no tiene fe, y no conoce entidades superiores: ni dioses, ni demonios, ni sacerdotes. Nuestro lema es ‘sé tu propio dios'”.


Libertad con responsabilidad

La Iglesia tiene, sin embargo, objetivos más ambiciosos que una simple adoración ególatra, según afirma Andrex. Pretende difundir a nivel mundial “la libertad y el conocimiento a todos los seres humanos”. Los únicos límites que debe conocer un ser humano son los de la sensatez a la hora de actuar, para no dañarse ni a sí mismo ni a los que lo rodean.

“La Iglesia Satánica está en pleno período de expansión”, asegura, aunque aclara que una condición imprescindible para formar parte del grupo es la de ser mayor de 18 años. “Esto nos diferencia del resto de las religiones”, señala Andrex. “Una persona está apta para elegir una religión sólo cuando tiene verdadero uso de razón”.

Los principios básicos del grupo son un verdadero motivo de orgullo para su líder: “La Iglesia de Satán representa libertad, goce de la vida y desarrollo del ser humano, conceptos contrarios a la máxima cristiana de que hay que ser corderos; nosotros decimos que, para enfrentar lobos, debemos ser leones”. El movimiento tiene, según su creador, conexiones con religiones orientales que están en las antípodas de lo que significa el satanismo en el imaginario colectivo.”

El nuestro es un verdadero culto a la naturaleza: nunca la daña, sino que la comprende, la ama y la valora. También, al igual que algunas corrientes filosóficas hindúes antiguas, creemos que el sexo es un ritual que proporciona una gran energía”, asegura.


La historia: de Nietzsche al marqués de Sade

Él éxito del movimiento tiene sus bases, según Andrex, en que sus participantes desarrollan “facultades que otros podrían creer mágicas”. Si bien realizan rituales ­cuyo efecto exótico se acrecienta con la vestimenta especial que usan, “de acuerdo con la tradición satánica”­, Andrex insiste en que su movimiento es perfectamente natural. Considera que todas las religiones han tenido un espíritu “maligno” y otro “benigno”; el satanismo tiene, pues, una prestigiosa raigambre. Andrex se apasiona cuando cuenta la historia mundial del movimiento, que conoce de forma exhaustiva: “El satanismo fue cruel y sangrientamente perseguido en la Edad Media por la Iglesia Católica. Millares de personas fueron cruelmente inmoladas al ser acusadas de satánicas o practicar brujería”. Según Andrex, esos son sólo los lejanos antecedentes de una tendencia que no dejó de crecer, y que hoy explica la existencia de su movimiento.

“Adentrado el siglo XX, en la década del 60, en Estados Unidos nace la Satanic Church o Iglesia Satánica, creada por Antón LaVey, que publicó La Biblia Satánica, una excelente compilación de lo que es el satanismo moderno”, cuenta el hermano, un experto en la materia.

También reconoce otros prestigiosos antecedentes: “Ha habido filósofos y escritores notables en todo el mundo que han hecho su aporte al satanismo, como Nietszche o el marqués de Sade, con su búsqueda del goce sensorial en forma transgresora”.


El infierno está en la Tierra

Andrex denuncia lo que para él es la doble moral de la Iglesia Católica y la religión cristiana en general, causa de lo que juzga como verdaderas injusticias a nivel mundial. “El infierno está acá mismo, en la Tierra”, dice quien intenta seguir los postulados de Satán. “Pero la denuncia no significa el combate.

Pretendemos coexistir pacíficamente con todos, aunque reclamamos el derecho de la libre expresión que todos debemos tener en un país laico”, aclara. “No tenemos dogmas rígidos, aunque reclamamos la complacencia en lugar de la abstinencia, y la amabilidad sólo con aquellos que lo merecen”.

Por el momento la Iglesia sólo funciona a nivel virtual. Los miembros se inscriben a través de la página . Sin embargo, Andrex insiste en que viven un período de expansión gracias al éxito de la página. “Es difícil precisar la cantidad de miembros, ya que muchos se inscriben anónimamente, pero podemos hablar de centenares de personas en el mundo de habla hispana, bastantes de ellos radicados en Uruguay, y más precisamente en Minas”, puntualiza.

La Iglesia satánica que propone el hermano Andrex no cree en dogmas, por lo que cualquier buen satanista que intente ingresar al movimiento es libre de realizar los rituales más habituales, como la misa satánica y el pacto con Satanás. Niega, sin embargo, la práctica de ritos ancestrales vinculados a la imagen más difundida del satanismo, como los sacrificios humanos. Andrex se separa, de esta forma, de otras corrientes de brujería que los admiten. “El satanismo considera muy valiosa toda vida como para sacrificarla”, afirma. Precisamente por el énfasis que realizan en una postura filosófica convencida, Andrex advierte que en su grupo no hay cabida para “delincuentes, malvivientes o viciosos”. El objetivo final de lograr la plenitud del ser humano sólo podrá lograrse “dentro del marco de la ley”.

No obstante, a pesar de su apego al derecho positivo la Iglesia satánica desprecia los “falsos códigos moralistas inventados por las religiones”. Andrex enfatiza que su movimiento es lógico y racional, por lo que desconoce “la fe ciega”. Por ello se muestra a favor de la pena de muerte para los asesinos reconocidos ­para evitar un “entrenamiento sanguinario” en las cárceles­ y el aborto. “Legalizarlo es el único modo de garantizar las condiciones en que se practica y de este modo cuidar las vidas de las madres”, opina Andrex.

Excepto las prescripciones mencionadas, cualquiera puede integrarse a la Iglesia satánica. “No somos bichos raros.

Un buen satánico puede escuchar metal, pero también cumbia villera, música clásica o un tango de Gardel”, afirma Andrex, mientras concluye sentenciando: “No olvidemos que somos los más libres de los hombres”.

Nota de: MANUEL TEJERA MARTINEZ - MINAS


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