Una de las más Extrañas y Silenciosas Apariciones: Nuestra Señora de Knock, Irlanda (21 de agosto) Una de las más Extrañas y Silenciosas Apariciones: Nuestra Señora de Knock, Irlanda (21 de agosto)



El 21 de Agosto de 1879 en el Condado de Mayo, la Virgen María, San José, San Juan Evangelista y un cordero fueron vistos en la fachada principal de la iglesia en una nube de luz.

La aparición comenzó a eso de las 8 de la noche del jueves. Los quince videntes presenciaron la aparición por 2 horas durante la lluvia y recitaban el Santo Rosario. Es una aparición en Irlanda, aprobada por la Iglesia.

Una anciana, Brigid Trench, trató de besar los 2 pies de Nuestra Señora. Otros pueblerinos, quienes no pudieron ver la aparición, aseguraron sin embargo haber visto una luz muy brillante iluminando el área alrededor de donde se encontraba ubicada la iglesia. Hubieron subsecuentes reportes de inexplicables curaciones asociadas con la visita a la iglesia de Knock.

El Condado de Mayo se encuentra en el centro de la región de Irlanda que ha sufrido grandes desastres en los años de 1870. Varias hambrunas y desolaciones económicas habían creado otra ola de inmigración Irlandesa. Fue dentro de este ambiente que el Señor envió nuevamente a Su Madre para que visitara a sus hijos oprimidos.

Como de costumbre, Mary Beirne, la mujer encargada de la Iglesia se disponía a cerrar la puerta. Pero algo distinto llamó su atención: una luz intensa venía de un lado del edificio, y allí, a primera vista, “le pareció ver las estatuas de Maria, de José y de San Juan junto a un nuevo altar sobre el cual había un cordero y una cruz”.

No hizo mucho caso de ello, porque precisamente en una noche tormentosa como esta, el año anterior, se dañaron dos estatuas, por lo que pensó que el párroco las había comprado para sustituirlas: pero “¿por qué dejarlas allí bajo esa densa lluvia?”– se preguntaba la mujer.
Más tarde, junto a su hermana, volvió para comprender mejor esta “anomalía”, y con estupor aún mayor se dio cuenta de que las estatuas… ¡se movían! “¡Es la Virgen!”, exclamó la mayor de las dos hermanas, y corrieron a avisar a familiares y conocidos.

El muro entero estaba iluminado por una intensa luz visible desde lejos. Las figuras estaban suspendidas en el aire a medio metro de altura.
El altar con el cordero y la cruz estaba rodeado de ángeles que giraban sobre el mismo. María, la figura más grande, vestía un manto y una faja de color blanco, y un largo velo que desde la cabeza le bajaba a los pies. Sobre su cabeza cubierta por el velo, una corona de oro.

Entre la corona y el borde del velo llevaba una rosa de oro. Sus manos, a la altura de sus espaldas, y su mirada, absorta en oración, dirigida al cielo. San José se hallaba a la derecha de María, con la cabeza inclinada hacia adelante y las manos unidas en oración. San Juan Evangelista tenía una mitra de obispo y se hallaba a la izquierda de María, su mano derecha levantada y el brazo izquierdo sostenía lo que parecía una Sagrada Biblia.

Mientras la pequeña multitud se arrodillaba ante la aparición en oración, los visitantes celestiales permanecían en silencio. No se pronunció ni una sola palabra. Sólo tras muchas horas, de repente, las figuras desaparecieron.

COMISIONES DE INVESTIGACIÓN

Solo seis semanas después de la aparición, la comisión de 1879 fue establecida por el arzobispo de Tuam, John MacHale.

A Pesar que el “grupo” se había mostrado sólo una vez a un número de videntes inusual: 15 personas de todas las edades. Grandes dudas surgieron luego en las declaraciones de los testigos. Pero poco duraron, porque una audiencia más profunda convenció a la comisión sobre la sinceridad de los que presenciaron el evento aquella noche, por lo que no se impidió el culto en ese lugar a los fieles, que comenzaron con el tiempo a transformar ese pueblecito en meta de peregrinaciones. Hoy día cada año recibe a un millón y medio de peregrinos.

El Arzobispo Gilmartin formó otra Comisión en 1936 para examinar los 3 videntes sobrevivientes: Mary O’Connell (Mary Byrne), Patrick Byrne y John Curry. Los tres confirmaron sus declaraciones originales de 1879. La Sra. O’Connell dio prueba, bajo juramento.
El resultado de esta comisión fue que la evidencia de los testigos era recta y confiable. En cuanto a la Señora O’Connell, se reportó que ella dejó una impresión muy favorable en sus mentes.

Cuando la comisión anunció su reporte, miles de enfermos fueron traídos a Knock. Los periódicos reportaron muchas curas extraordinarias.

La explicación está en el Apocalipsis ¿Qué es lo que el Señor ha querido decirnos con esa escena?.

Don James, un fraile franciscano que estudió la aparición, escribe:

“(San Juan) llevaba en sus manos un libro. Pero si se quiere descubrir el mensaje de Knock hay que abrir el Libro del Apocalipsis.

Es el libro que contiene la interpretación de la historia universal. Está repleto del gran tema de la redención en sus tres fases cósmicas.

Está en primer lugar el misterio del “Cordero inmolado desde la creación del mundo”. Así San Juan describe, en el capitulo trece, el plan eterno de redención, representado en modo sencillo y tocante por el cordero que fue visto en Knock.

En segundo lugar tenemos el misterio de la mujer “vestida de sol” que se presenta de modo normal en la tierra.

En último lugar la Ciudad de Dios que, se dice, posee la Gloria de Dios, de la cual el Cordero es la lámpara.”

También David M. Lindsey, de cuyo libro hemos sacado informaciones, interpreta la aparición de Knock como un claro recuerdo del Apocalipsis:

La aparición de Knock se quedó en silencio y pareció no dar ningún mensaje, pero en realidad no fue así. El silencio a veces es más elocuente que las palabras.

Hay que analizar con atención la aparición para poder descubrir el mensaje silencioso que ésta esconde.
María se apareció con su esposo terrenal, San José, y con su hijo adoptivo, San Juan Evangelista, y llevaba la corona de oro de la Reina del Cielo….
En el centro del altar brillaba el Cordero inmolado, como lo vio en el Apocalipsis San Juan sobre el altar de oro del cielo”.

Mira que estoy a la puerta y llamo (Ap 3,20) Tal vez no todos saben que el verbo en inglés “to knock” significa “llamar”. “Si alguno escucha mi voz y abre la puerta, yo entraré a él y cenaré con él y él conmigo”, escribe San Juan en el Apocalipsis (Ap 3,20).

Esto nos dice la Escritura, y esto nos sugiere también la lectura de los tiempos que estamos viviendo. Jesucristo llama a la puerta de nuestro corazón, llama al umbral de nuestra vida, y espera que lo dejemos entrar para poder cumplir sus promesas.

La llamada de la aparición de Knock es elocuente: los tiempos están maduros, la Madre nos invita a unirnos a su obra de corredención. Dejémosle a San Juan mostrarnos el libro que nos indica qué hacer para participar en la victoria final sobre el Dragón. Apresurémonos, y no dejemos escapar la ocasión de estar entre los que “le han vencido por la sangre del Cordero y por la palabra de su testimonio y menospreciaron su vida hasta morir” (Ap 12,11).

EL SANTUARIO
La Iglesia y la Comunidad emprendieron la reconstrucción del sitio, con una nueva gran Basílica de Knock (la primera en Irlanda) junto a la antigua iglesia, que ya no podía hacer frente con el número de visitantes.

Hoy Knock es el Santuario Nacional de Irlanda. Un millón de peregrinos lo visitan anualmente.

S.S. Juan Pablo II visitó el santuario el 30 de septiembre de 1979, conmemorando el centenario de la aparición dándole la aprobación de la Santa Sede.

La Madre Teresa de Calcuta visitó el santuario en Junio de 1993.

Peregrinar a Knock es caminar por los elementos básicos de nuestra fe. En el centro de todo esta la Santa Misa y la confesión. También se hacen las estaciones de la Cruz, muchos rosarios y tiempo de oración.




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