Un campo de concentración americano: Colonia Dignidad (Chile)
Los primeros habitantes de Colonia Dignidad llegaron en 1961, de la mano del ciudadano alemán Paul Schäfer, quien había nacido en 1921, en la ciudad de Siegburg cerca de Bonn.
Schäfer es sin duda un personaje controvertido. Su primera inserción laboral en Alemania fue como asistente social para menores en una institución de la iglesia evangélica local, siendo despedido de su cargo a fines de la década de 1940, ante acusaciones de actos de abuso sexual en contra de menores a su cargo. Si bien estas primeras denuncias condujeron a su despido, no se inició entonces ningún proceso judicial. Recorrió Renania como predicador laico anunciando el cristianismo apostólico. Finalmente, lo acogió una comunidad de Gronau, donde al poco tiempo adquirió gran influencia sobre parte de sus miembros. Fundó en Lohmar la Misión Privada Social ("Private Sociale Mission"), cuyos integrantes debían realizar duras labores agrícolas sin ser remunerados. Se trataba de una organización dedicada al trabajo con menores en riesgo social formada por ex miembros de una organización similar, que, en su momento, dependió de una iglesia iglesia bautista alemana.
Cuando volvieron a surgir denuncias de pederastia en su contra, Schäfer, ya transformado en jefe de la secta, organizó en 1961 la emigración de varios cientos de integrantes de su comunidad a Chile.6 Hay presentaciones más benevolentes que lo caracterizan como un enfermero del ejército alemán que participó en la Segunda Guerra Mundial y habría llegado a Chile escapando de acusaciones por abuso sexual que la justicia alemana abrió contra él.
En ese mismo año, 1961 Paul Schäfer y Hermann Schmidt compraron el fundo El Lavadero, ubicado a las orillas del estero que le da el nombre al loteo y del río Perquilauquén, cerca de Catillo, una localidad del interior de Parral, en la Región del Maule de Chile. Contaba con 3062 hectáreas, y fue tasado en 104.960 escudos. La inscripción legal se hizo a nombre de Hermann Schmidt y Rudolff Collen Frankowsky. Al tenor de la ley 15.139, el predio se declaró territorio con franquicias aduaneras y exención de contribuciones. La Sociedad Benefactora y Educacional Dignidad se constituyó en personería jurídica por Decreto N° 3949 del ministerio de Justicia, liberándose del impuesto a la renta y del pago de derechos de aduanas en caso de donaciones. Sin embargo, los terrenos del fundo El Lavadero nunca pertenecieron legalmente a la Sociedad Benefactora y Educacional Dignidad, la que hacia 1966 estaba integrada por más de 230 personas. En su gran mayoría formaban parte de la Misión Privada Social.
Los esmeros de la colonia por proyectar hacia el exterior una imagen de armonía, trabajo mancomunado y orden incluían el trabajo de prensa, la grabación y difusión de vídeos que mostraban a sus residentes felices, en medio de fiestas y conmemoraciones; los hombres dedicados a las tareas de campo, las mujeres y niñas bordando o preparando mantequilla.
Sin embargo, los esfuerzos propagandísticos de Schäfer se vieron una y otra vez oscurecidos por las denuncias de personas que sucesivamente protagonizaron fugas desde la colonia, logrando obtener asilo en Alemania. El primero de ellos, Wolfgang Muller huyó en 1966 y denunció por primera vez las atrocidades que ocurrían dentro de la colonia. Muller obtuvo la ciudadanía alemana y trabajó en un periódico, transformándose pronto en Alemania en un activista contra los jerarcas de Dignidad y finalmente en presidente de una fundación dedicada al apoyo de las víctimas en Chile.
Al año siguiente, logró huir otro habitante de la Colonia, Heinz Kuhn, quien confirmó las denuncias realizadas previamente por Wolfgang Müller y aportó más datos sobre los abusos. Sin embargo, estas primeras denuncias fueron desestimadas por políticos conservadores y enfáticamente desmentidas por la ultraderecha chilena, cuyos lazos con la dirección de la Colonia en la gestación y preparación del golpe militar del 11 de septiembre de 1973 quedaron demostrados más tarde en los tribunales de justicia chilenos.
A estas primeras denuncias se fueron sumando otras y Alemania Occidental comenzó a presionar a la dictadura de Augusto Pinochet y también directamente a la Colonia para que se investiguen y aclaren los hechos, esfuerzos que no tuvieron resultado alguno durante la dictadura.
En 1985 un ciudadano ruso-norteamericano, Boris Weisfeiler, que recorría el sur de Chile como turista mochilero, desaparece sin dejar rastro en las cercanías de Colonia Dignidad.
Había cierto grado de colaboración del Bundesnachrichtendienst (servicio secreto alemán) con Colonia Dignidad, para cuya implementación se construyó búnkeres, túneles, hospital, radios, pistas de aterrizaje, así como se optó por la producción descentralizada de armamentos en módulos (una parte se producía en un lugar, otra parte en otra), todo lo cual fue revelado por el periodista John Dinges. Este es un tema del que se prefiere no hablar, debido a los problemas que conlleva con Argentina: la idea era envenenar ríos, matar civiles, hacer guerra química y bacteriológica. Incluso hubo un intento de producir una bomba atómica: Weisfeiler, el turista desaparecido en Dignidad,12 tenía en la mochila un contador geiger para medir radiación. Parte del plan original incluía armar los helicópteros con bombas de sarín.
Chile da un giro hacia la democracia en 1990, tras 17 años de dictadura, pero la colonia permanece inmutable. Las denuncias sobre los abusos y vejaciones que se producen en el interior de la colonia aumentan. La presión nacional e internacional se intensifican, pero cada vez que la policía intenta realizar investigaciones en el lugar se topa con un muro de silencio. Las autoridades de Colonia Dignidad cuentan, además, con aliados en el ejército y en la derecha chilena, que les advertían de antemano cuando la policía prepara una visita al lugar. Se empieza a generar, en la opinión pública chilena, un sentimiento de rencor hacia el lugar, que muchos perciben como un estado independiente dentro de Chile, un enclave.
Sus habitantes vivían bajo un extraño sistema autoritario, donde además de un mínimo contacto con el exterior,14 Schäfer ordena la división de las familias (los padres no hablaban con sus hijos, o no sabían que tenían hermanos), prohíbe todo tipo de las relaciones sentimentales o conyugales a jóvenes, mujeres y hombres adultos, y decreta la residencia de estos en espacios aislados. Schäfer abusaba sexualmente de los niños y algunos eran torturados, como se desprende de las declaraciones de la doctora alemana Gisela Seewald, quien reconoció haber tratado con electroshock y sedantes a los que su jefe decía que estaban poseídos.
No obstante, la escuela y el hospital del enclave benefician a las familias rurales, a través de servicios gratuitos de educación y salud para la comunidad. Esto permitiría, a la larga, contar con un apoyo en caso que la Colonia fuera atacada. Sin embargo, son numerosos los casos destapados en los últimos años que hacen referencia a adopciones ilegales de niños a familias que residen en los sectores aledaños por parte de los jerarcas alemanes, bajo la promesa de entregarles educación gratuita.
Fin de la época Schäfer
En marzo de 2005 Paul Schäfer es detenido en Argentina, país que de inmediato lo extradita a Chile. Tras su detención, la cadena de televisión alemana Deutsche Welle emite un documental por su canal para América Latina donde relata la tenebrosa historia de la colonia.
En junio de 2005 el gobierno de Ricardo Lagos nombra delegado en la ex Colonia Dignidad, ahora Villa Baviera al ingeniero Herman Schwember Fernández14 y en agosto las autoridades toman el control de ella. En forma paralela se produjo una emigración de un grupo importante de excolonos, varios retornaron a Alemania. Los que quedaron, cerca de 200 personas, comenzaron un proceso de revisión colectiva de su pasado. Para ello fueron asesorados por un grupo de psicólogos y psiquiatras, recomendados al gobierno por el Consulado de Alemania en Chile. Uno de ellos, Niels Biedermann, explicó en una entrevista de prensa la situación encontrada.
Para muchos sociólogos que han venido de distintas partes del mundo, Colonia Dignidad es como un laboratorio para observar un caso extremo de secta ¿Qué particularidad tiene respecto de otras sectas?
La particularidad de Colonia Dignidad es que no existió la proyección de perpetuar la comunidad más allá de la vida de su líder. Fue prohibida la constitución de parejas y la concepción de hijos. En otras sectas se van constituyendo familias que preservan el estilo de vida. Aquí no. Colonia Dignidad fue absolutamente pensada para Paul Schäfer: comienza y termina en él.
Mientras estuvo Schäfer, ¿no nacieron niños dentro de esa comunidad?
Había muy pocos matrimonios que vivían juntos, eran sólo algunos que llegaron al comienzo y que entregaban a sus hijos a la comunidad desde que nacían. Después el matrimonio quedó prohibido. Los niños que fueron incorporados a la colonia provenían de adopciones de la comunidad externa, muchas veces forzadas y de dudosa legalidad, como lo han demostrado las investigaciones judiciales. (...)
¿Solo Schäfer ejerció la pedofilia?
Solo él, nadie más.
¿Y los otros viejos no sabían?
Dicen que no...
Jaime Naranjo, senador del Partido Socialista de Chile por la circunscripción sur de la Séptima Región, aseguró que tras el hallazgo de armas en Villa Baviera "no queda ninguna duda" de que en la ex Colonia Dignidad "se fabricaba armamento" y "van a venir más" arsenales". Sin embargo, el parlamentario enfatizó que lo principal es determinar si estos elementos tenían como destino las Fuerzas Armadas durante el régimen de Augusto Pinochet.
El juez Zepeda reveló a La Nación en noviembre de 2008 la existencia de un manual de tortura23 que se utilizaba en la Colonia Dignidad contra los presos políticos. El mismo mes Zepeda condenó a siete años de prisión al ex líder de la Colonia, Paul Schäfer, por el homicidio calificado en 1974 de Miguel Ángel Becerra Hidalgo.
En la actualidad el recinto de la Villa Baviera está abierto. Sus cerca de 500 habitantes se dedican a labores de agricultura y ganadería, además de oferta de turismo, aprovechando los paisajes de la Cordillera de Los Andes y el río Perquilauquén. Ofrecen gastronomía alemana, servicios de paseos y hospedaje.
El 18 de abril de 2006 la comunidad de Villa Baviera entregó en el Palacio de La Moneda una carta abierta denominada Declaración a nuestros conciudadanos chilenos y alemanes en la que hacen un mea culpa de los errores cometidos, asumen su responsabilidad por los delitos investigados (abuso de menores, tráfico de armas y violaciones a los derechos humanos), a la vez que culpan a Paul Schäfer de desfigurar las motivaciones originales del proyecto y utilizarlo para cometer crímenes. A continuación, algunos párrafos de la carta publicada en los medios de comunicación:
«Unos se convirtieron en los esclavos de Schäfer, verdaderos autómatas atentos sólo a obedecer sus órdenes, a trabajar sin descanso ni horario, y a no disgustarlo».
«Él (Schäfer) facilitó nuestra villa para la detención y opresión de personas perseguidas por el régimen».
«Nos damos cuenta de que se han cometido graves delitos (...) queremos esforzarnos para ser perdonados y reinsertados».
«Aún hoy muchos padres no comprenden cómo pudieron aceptar la renuncia de su responsabilidad para con sus hijos (...) Hoy día, después de reconstruir las familias, muchos cargan con sentimientos de culpa...».
«Hoy sabemos que, independientemente de las buenas intenciones de la gran mayoría, también fuimos víctimas de grandes males en contra de nosotros mismos, de niños nuestros y de niños ajenos y además en contra de personas externas con las que no teníamos ninguna vinculación y sobre las que no teníamos ningún derecho».
«La exageración de una moral aparentemente tan estricta fue, sin embargo, el muro de protección detrás del cual Schäfer cultivó su perversión. Entre los niños, nuestros propios hijos, para quien él era la única y exclusiva autoridad, eligió sus víctimas de modo que ningún adulto tuvo conocimiento de sus abusos deshonestos».
Por su parte, la prima y exministra de Pinochet, Mónica Madariaga, afirmó en una entrevista a La Tercera, que no se avergonzaba de sus vínculos con la Colonia, y abundó en detalles asegurando que sabía que Jaime Guzmán (el asesinado exsenador de la UDI) le dio clases a Pablo Longueira, Luis Cordero y Andrés Chadwick (todos dirigentes de la Unión Demócrata Independiente) «en el interior de la Colonia Dignidad». «Eran adoctrinados en ese lugar, ahí se les formó políticamente, les hacían clases. Jaime Guzmán los instruía y les daba charlas, lo hacía al estilo platónico, se paseaba por los campos dictando clases. Todos ellos sacaron un gran provecho de Colonia Dignidad. Ahora no dicen nada».
El senador de la UDI Hernán Larraín, quien, según Madariaga «era muy amigo de la gente de Colonia Dignidad» y frecuentó esas clases, defendió enérgicamente a Schäfer en su tiempo, calificando de «montaje» las acusaciones de abuso sexual que se hacían al alemán.
Paul Schäfer Falleció en la madrugada del 24 de abril de 2010 a las 7:32 debido a una insuficiencia cardíaca en el hospital de la expenitenciaría de Santiago de Chile, Chile...
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