Ta Yeh, el dios conejo patrono de los homosexuales.



El origen de esta deidad data de mediados del siglo XVII y cuenta la leyenda que todo sucedió cuando un joven se enamoró perdidamente de un magistrado y se volvió su stalker. En una ocasión, este acosador espió al magistrado mientras defecaba y cuando lo descubrió le ordenó a sus guardias que lo molieran a palos. Cuando confesó que “lo hizo por amor”, el magistrado se ofendió mucho más y ordenó su muerte.

Hu Tianbao se enamoró de un hermoso, inteligente y joven magistrado y comenzó a perseguirlo de manera obsesiva, presenciando todos los actos públicos en los que aparecía. Un día, cegado por su pasión, espió al objeto de su deseo mientras estaba haciendo sus necesidades. Al ser descubierto, fue arrestado y torturado a base de bastonazos hasta que confesó su atracción por el magistrado. Éste, enrabiado, ordenó aumentar los golpes hasta que le provocaron la muerte.

Al ser juzgado en el mundo de los muertos, elevaron a este personaje a la categoría de dios, porque pues “¡Si amar es un delito, soy culpable!”. Y así fue como se convirtió en el dios protector del amor homosexual.

La referencia a los conejos es porque la palabra conejillo en chino se usa como insulto para hacer referencia a los hombres homosexuales. Algo así como en México la palabra mariquita.

Este Dios tuvo sus templos clandestinos con sus seguidores también clandestinos hasta que un gobernante lo descubrió y obviamente destruyó las figuras referentes al Dios por la típica enmienda de “las faltas a la moral” y durante la Segunda Guerra Mundial se pasaron a cargar al templo.



Se rescató la figura del Dios Conejo hasta muy recientemente y aunque algunos académicos chinos dicen que es probable que el Dios Conejo sólo sea invento de un poeta, sí existen pruebas de su culto desde en el siglo XVIII y XIX y actualmente hay un pequeño templo taoísta dedicado al Dios Conejo en Taiwán.

Más allá del embellecimiento legendario, el hecho es que alguien construyó un templo en memoria de Hu Tianbao. El culto de Hu Tianbao continuó discretamente durante casi un siglo antes de atraer la atención de la autoridad. El primero en dar testimonio del culto fue Zhu Gui (1731-1807), intendente del circuito de tasación del grano de Fujian en 1765, en su libro Cultos prohibidos e inmorales. Zhu Gui describe la estatua del templo como «dos hombres abrazados; la cara de uno algo canosa por la edad y el otro tierno y pálido».



Este templo está activo desde 2006 y me parece noble que el sacerdote taoísta Lu Wei-ming lo esté administrando pues las cosas para la población LGBT+ en el continente asiático están muy sombrías.

En China la homosexualidad no está penalizada por ley pero sí se usó las leyes en una interpretación muy ambigua para perseguir y encarcelar parejas del mismo sexo hasta 1997 que se derogó esa ley. Además, las leyes hacen casi imposible que se establezcan organizaciones civiles para el trabajo en pro de la población LGBT+

¿Mencioné que además están rodeados de países donde aún se castiga la homosexualidad con años de cárcel (Rusia, Bután…), cadena perpetua (India) o incluso pena de muerte (Pakistán)?

En Taiwán (donde se encuentra el Templo al Dios Conejo) las cosas parecen ir mejor para la población LGBT+ que en el resto del continente. La homosexualidad no está penalizada y en 2017 se aprobó el matrimonio igualitario y también está en “veremos” la prohibición de las terapias de conversión.*

En una entrevista para el HuffPost, el sacerdote Lu afirmó que recibía aproximadamente a 9 mil personas cada año en el templo a pesar de que a veces llegan activistas cristianos a protestar frente al templo.


y en nuestro continente cómo andamos?

En México no sobrevivieron muy bien las religiones politeístas pero si te llama la atención el Dios Conejo, tienes que conocer también a Xichipilli, el Dios mexica del amor, los juegos, la belleza, las flores, el maíz, el placer, la “ebriedad sagrada” (sus símbolos incluyen hongos alucinógenos) y también, patrono de los homosexuales.**

Xochipilli se traduce como príncipe de las flores y aunque no tenemos templo para él, puedes ir a conocer su escultura en el Museo Nacional de Antropología.


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