Budismo Occidental?



A menudo, en una misma ciudad, conviven escuelas budistas que históricamente nunca han coincidido en ciudades de países orientales. Por ejemplo, en Paris, Londres, Berlín, New York o Los Ángeles encontramos escuelas budistas birmanas, tibetanas, vietnamitas, japonesas, que nunca antes habían coincidido en la misma ciudad. Lo mismo está sucediendo en España, aunque a menor escala. Esto es un signo positivo de la globalización cultural y religiosa de nuestro tiempo.

Aunque esto es así, ¿qué percepción tiene el ciudadano medio del Budismo? Obviamente, la tradición budista sigue siendo considerada un producto exótico muy distante aún del conocimiento y de las preocupaciones de la mayor parte de los occidentales. Ello no debe extrañarnos pues apenas si hace cincuenta años que los primeros maestros budistas orientales comenzaron a llegar a nuestros países. Carecemos aún de la perspectiva histórica que nos permita vislumbrar lo que el budismo puede llegar a ser para los occidentales. En la China del siglo II, el budismo seguía siendo considerado como una religión extranjera, aunque había sido introducido dos siglos antes y ya se hallaba ampliamente expandido. Incluso en el Japón imperialista del siglo XIX, el budismo fue prohibido durante varios años con el argumento de que se trataba de una religión extranjera (¡catorce siglos después de haber sido implantado!).

Aunque hoy día la información circula a la vertiginosa velocidad de la fibra óptica y de la transmisión por satélite, la ínter fecundación religiosa y cultural necesita tiempo. Por el momento, algunos actores y actrices, escritores, personajes del espectáculo, del cine, de la música se confiesan públicamente budistas o influenciados por el budismo. Esto ha aportado al budismo una cierta popularidad, lo ha dotado de glamour y le ha dado una cierta carta de credibilidad frente a la opinión pública. A menudo me preguntan si conozco a Richard Gere. Un periodista me llamó en una ocasión para que le facilitara una entrevista exclusiva con Richard Gere, asegurándome una cierta cantidad de dinero si accedía a ello. Le había llegado el rumor de que el actor se encontraba de retiro en el templo Luz Serena. De poco sirvió mi rotunda afirmación de que ni conocía al actor, ni se encontraba en el templo zen, ni tenía nada que ver con la tradición budista zen.

Por otra parte, cierta forma de budismo se está popularizando. El disco de platino conseguido por los monjes del templo Sakya Tashi Ling o los dos discos de Cantos Tibetanos editados por el Lama Gyurmé son un ejemplo de ello. Con respecto al Zen, encontramos champús zen, ipod zen, restaurantes zen, gimnasios zen, interiorismo zen. Parece que las agencias de publicidad y de marketing han encontrado en el “estilo zen” un filón que promete. Un cierto budismo, sea zen o tibetano, se está poniendo de moda entre las clases chic, siempre deseosas de nuevos estímulos esnob.

¿Será el budismo una moda pasajera en Occidente? ¿Cuál será la situación dentro de uno o dos siglos? ¿Quedarán los budistas occidentales denostados y pasados de moda dentro de cincuenta años como actualmente lo están los hippies?

Ya veremos. El Buda Sakiamuni dijo: “Si quieres conocer el futuro, observa el presente, pues en el presente se encuentran las semillas que florecerán en el futuro”.

Tomado de: revistadharma.com

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