Aquellos monjes vagabundos... los Goliardos.



El término goliardo se utilizó durante la Edad Media para referirse a cierto tipo de clérigos vagabundos y a los estudiantes pobres pícaros que proliferaron en Europa con el auge de la vida urbana y el surgimiento de las universidades en el siglo XIII.1 La mayor parte de ellos estudiaron en las universidades de España, Francia, Alemania, Italia e Inglaterra. No obstante, la figura del goliardo puede rastrearse hasta épocas muy anteriores. Ya en el siglo IV, el concilio de Nicea condenaba a un cierto tipo de clérigos de vida licenciosa que podrían equipararse al goliardo (Vagans). En la Regla benedictina y en otros textos canónicos posteriores se vuelve a mencionar a la figura del clérigo vagabundo y ocioso.

La derivación de este término es incierta. El término del francés antiguo gouliard, «clérigo que llevaba vida irregular», a su vez alteración del bajo latín gens Goliae, propiamente «gente del demonio», del latín Golias «el gigante Goliat», «el demonio». Aparentemente, el nombre procede de gula («goloso»), por su insaciable apetito o glotonería, y de la analogía fonética de Golias, que procede del gigante bíblico Goliat, al que se identificaba desde antiguo con el diablo.

Otra posibilidad es la derivación del “obispo Golias”, un santo patrón probablemente mítico al que ellos mismos hacían referencia. Así pues, podría venir de una forma del latín medieval del nombre Goliat, el gigante con quien luchó el rey David en la biblia, para hacer valer su posición de estudiantes cultivados y grandes bebedores que satirizaban a las autoridades eclesiásticas y políticas.

Muchos estudiosos del tema creen que se remonta a una carta escrita por san Bernardo de Claraval al papa Inocencio II, en la que se refería a Pedro Abelardo como 'Goliath', creando así un vínculo entre Goliat y los estudiantes seguidores de Abelardo.

No es extraño, pues, que los concilios condenasen de forma recurrente a los goliardos y su vida disipada. Se cree incluso que en algún momento llegaron a crear alguna especie de secta o cofradía.

Los goliardos en cualquier caso, ya fuera por necesidad o deleite de una vida disoluta mantenían una vida errante, aprovechando su tonsura para recalar en un monasterio o parroquia dos o tres días antes de proseguir hasta el siguiente lugar. Debido a que las universidades eran gestionadas por el clero también hacían sosta allí, de manera que paulatinamente el fenómeno de la goliardía se iría reconvirtiendo en estudiantina.

Pero, más allá de su forma de vida, lo que más interesa de los goliardos es su afición a la literatura. Muchos de ellos escribieron poesía satírica en latín, donde, expresando su descontento, criticaban a la Iglesia, a la sociedad establecida y al poder, así como composiciones líricas donde elogiaban el vino, la taberna, el juego, las mujeres y el amor. La poesía goliardesca se cultivó por toda Europa durante la Edad Media. Las composiciones, casi siempre anónimas, son muy diversas: desde poemas sencillos hasta otros muy elaborados y retóricos.

En España, los goliardos eran llamados sopistas y, de ellos, derivaría la actual tuna. Además de la Carmina Rivipullensia, una de las obras que nos ha llegado hasta nuestros días es la Razón de amor con los denuestos del agua y del vino, de Lope de Moros. El Arcipreste de Hita es también considerado por algunos autores como goliardo.

La cantata Carmina Burana de Carl Orff está inspirada en este tipo de escritos medievales.




LAS CANCIONES MAS FAMOSSAS DE LOS JUGLARES FUERON "LES CHANSON DE GESTE" O CANCIONES DE GESTA EN LENGUA VERNÁCULA, POEMAS ÉPICO-NARRATIVOS QUE RELATABAN LAS HAZAÑAS DE HÉROES NACIONALES, CANTADAS CON FÓRMULAS MELÓDICAS SENCILLAS.SE TRANSMITÍAN DE FORMA ORAL Y CASI NUNCA SE COPIABAN.
LA MÁS FAMOSA FUE LA "CHANSON DE ROLAND", EPOPEYA NACIONAL DE FRANCIA QUE DATA DE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XI, AUNQUE LOS SUCESOS QUE RELATA PERTENECEN A LA ÉPOCA DE CARLOMAGNO.
ESTOS JUGLARES QUE CANTABAN LAS CANCIONES DE GESTA Y OTRAS PROFANAS TAMBIÉN SE LES LLAMABA "MINISTRILES".CANTABAN, TOCABAN Y BAILABAN AL SON DE CANCIONES COMPUESTAS POR OTROS O SACADAS DE LA MÚSICA POPULAR, ALTERÁNDOLAS Y ELABORANDO SUS PROPIAS VERSIONES.
EL CONJUNTO DE SUS CANCIONES ES LO QUE EN LA ACTUALIDAD SE CONOCE COMO MÚSICA DE "TROVADORES O TROVEROS".

Estos vagabundos fueron personajes controvertidos en su tiempo, y desconocidos hoy en día, puesto que «el anonimato que los cubre en su mayor parte, las leyendas que ellos complacientemente hicieron correr sobre sí mismos, las leyendas […] que propagaron sus enemigos, aquellas leyendas forjadas por eruditos e historiadores modernos», hacen un caldo de cultivo para enmarañar una figura de por si ya enmarañada.

Si atendemos a todas las acusaciones de las que fueron víctimas, los goliardos tuvieron que tener una cierta incidencia en la sociedad medieval, de ahí que fueran condenados en concilios, sínodos y por autores eclesiásticos de los siglos XII y XIII. También recibieron todo tipo de calificaciones por parte de sus detractores, siendo calificados como: bohemios, falsos estudiantes, turbadores del orden, gente peligrosa, vagabundos, bribones, juglares (con sentido de farsantes y charlatanes) o bufones.

Pero no toda la sociedad del medievo veía a estos autores de vida pícara con ojos críticos, si no que una parte de la misma, veía a los goliardos como la manifestación de la inteligencia urbana o la revolución contra el estado feudal.

Dejando a un lado la visión bipolar que sobre dichos personajes proyectaban los hombres y mujeres del medievo, nos centramos ahora en el origen del término. «Apartadas las etimologías fantasiosas que lo hacen derivar de Goliat […] o de gula, […] y reconocida la imposibilidad de identificar a un Golias histórico como fundador, […] nos quedan sólo algunos detalles biográficos de algunos goliardos, colecciones de poemas, […] y los textos contemporáneos que los condenan o denigran».

Con tono inmoral y rayando lo obsceno, los goliardos plasman en sus obras una moral de orden natural, donde se elogia lo humano -erotismo- y se niega de las doctrinas que la Iglesia y la moral tradicional intentan plasmar en la sociedad, la cual debe caminar por la senda de la rectitud, la castidad y la mortificación como fin para una vida en el más allá. Por el contrario, el goliardo busca liberar el espíritu del hombre, disfrutar del cuerpo en plenitud, y vivir el día a día sin pensar demasiado en la salvación del alma.

Estos intelectuales vagabundos critican todos los eslabones del orden feudal, desde el obispo más orondo hasta al campesino más miserable. En cuanto a la crítica eclesiástica, los goliardos se caracterizan por llevar una vía antipontificia y antirromana, pues critican las pretensiones temporales del papado, así como la prevalencia del partido del imperio frente al sacerdocio. Se le reprocha también la acomodación con el siglo, el lujo y el gusto por el dinero, dejando de lado la humildad inicial cristiana:

«COMIENZO DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN EL MARCO DE PLATA. En aquel tiempo el papa dijo a los romanos: «Cuando el hijo del hombre venga a la sede de nuestra majestad, decidle primero: ‘Amigo, ¿por qué has venido?’ y si él sigue golpeando la puerta sin daros nada, que sea rechazado a las tinieblas exteriores». Llegó un pobre clérigo a la corte del señor papa y suplicante dijo: ‘Tened piedad de mí, […]. Soy pobre e indigente, por eso os ruego que me ayudéis en mi aflicción y en mi miseria’. Los que lo oyeron hablar así se indignaron y dijeron: ‘Amigo, que la pobreza sea contigo para tu perdición; vete, Satanás, tú que no sabes lo que es el dinero. Amén, Amén.’»

Si el clero es atacado por los goliardos, los campesinos no van a ser menos, y también van a ser centro de críticas por parte de estos intelectuales. Así, el goliardo va a presentar su repulsa por el mundo rural y desprecio por el campesino grosero.

En cuanto a la nobleza, nos encontramos con que el goliardo detesta tanto el privilegio por nacimiento, el cuál niega, como al militar y al soldado. Para estos intelectuales, la dialéctica ha reemplazado en virtud y dignidad a los combates y hazañas de armas. Los goliardos creen que la mejor manera para mostrar su superioridad frente al noble, es jactarse del favor que gozan con las mujeres. Este hecho, al fin y al cabo, no es más que una representación de la lucha entre grupos sociales (intelectual frente a señor feudal)

La figura goliardesca, a pesar de la importancia que tiene, quedó relegada a los confines de la intelectualidad medieval. Estos intelectuales vagabundos, aunque crearon un gran legado -crítica a las ideas religiosas, ensalzamiento de la moral del libertinaje, representación de la idea de liberación- desaparecen durante el siglo XIII. La desaparición de la figura del goliardo se debe a la persecuciones de las que fueron víctimas, la condena social del propio movimiento, así como la fijación de un espacio organizado del movimiento intelectual, las universidades.

Comentarios

Entradas populares