La divinidad de lo femenino: La Virgen en el Budismo.



El Budismo, en sentido estricto y original, no habla de un Dios, y por tanto no podría hacer lugar a una figura que correspondería a la figura de la Bienaventurada Virgen María en la economía de la salvación.

El Budismo exalta el amor de compasión maternal

Sin embargo, el Budismo ha inculcado, desde el principio, la virtud fundamental de la benevolencia-compasión (maitrikarüna) cuyo ejemplo era el de una madre que se sacrificaba por sus hijos: « Igual que una madre » canta un antiguo Sutra (escrito sagrado budista) « ama y defiende sus hijos amados con el precio de su vida, así vosotros, oh! Monjes, debéis cultivar sin límite la virtud de la benevolencia-compasión hacia todas las cosas vivas».

En el transcurso del tiempo, dentro del Budismo Mahayana (forma que persiste en Japón, Corea y China) apareció y se difundió el concepto del Kannon-Bosatsu (en sánscrito Bodhisattva Avalokitésvara), el Buda-madre, la compasión infinita. La devoción a Kannon-Bosatsu se propagó rápidamente en China, Corea y Japón. Los numerosos templos dedicados a este Kannon se convirtieron en los lugares preferidos por las peregrinaciones budistas.

Numerosos budistas, especialmente los de Japón, cuando vienen a visitar Europa, escogen Lourdes como su lugar favorito de peregrinaje

Una terrible persecución fue llevada a cabo contra los cristianos, durante tres siglos, en el tiempo en que Tokugawa era shogun (gobernador). Los católicos, perseguidos, mantuvieron su fe alrededor de pequeñas estatuas de María-Kannon (Kannon era una divinidad de misericordia venerada por los budistas). Había estatuas que representaban en apariencia a Kannon, pero que en realidad eran veneradas como la Bienaventurada Virgen María (con el Niño Jesús a menudo en sus brazos). Los católicos escaparon de este modo de la mirada de las autoridades.

Hoy en día, numerosos budistas, especialmente los de Japón, cuando vienen a visitar Europa, escogen Lourdes como su lugar favorito de peregrinaje. La imagen de María, madre y sostén de la Humanidad herida y paciente, atrae muchos corazones budistas que evidentemente no se olvidan de Kannon.

"Madre del Amor de Rostro sereno, tú abrazas al universo..."

En octubre del 2000, Phra Sommai, abad budista del templo Kaew Praew en el norte de Tailandia, amigo del movimiento de los Focolari en la Iglesia católica, participó en la audiencia general del miércoles del Santo Padre, visitando los centros de los Focolari en Rocca del Papa y a Loppiano. Conociendo el dicho budista « ser madre es ser la presencia de amor que acoge y crea un hogar », él ha escrito el poema siguiente ante la imagen sagrada de la Madre de la Luz de Tonadico:

"Madre del Amor de Rostro sereno, tú abrazas al universo, la mirada vuelta hacia abajo pareces triste, pero estás llena de dulzura, de bienaventuranza, de misericordia sin fin. Las manos juntas que dan la bendición del corazón. En los momentos de soledad, volviéndome hacia ella, he percibido el calor de su presencia tan cercana. Para quien está en error, tú eres una consolación segura ; en las preocupaciones eres guía y luz. Nos das la felicidad y el descanso y de ti obtenemos todo. Pero tu no esperas nada a cambio, porque tu encarnas el desapego absoluto."

De Buda y la Virgen María

El monje vietnamita Thich Nhat Hanh es uno de los más respetados maestros de budismo de occidente.

En un viaje a Sri Lanka, encontró seis niños descalzos. “No eran niños de una favela, sino del campo; mirándolos, ví que formaban parte de la naturaleza que los rodeaba.

Él estaba solo en la playa, y todos corrieron en esa dirección. Como Thich Nhat Hanh no hablaba el idioma, se limitó a abrazarlos, y fue correspondido.

Sin embargo, en un momento dado, recordó una antigua plegaria budista: “Me refugio en Buda”. Comenzó a cantarla, y cuatro de los niños hicieron lo mismo, batiendo palmas, y reconociendo un texto que tal vez sus padres les hubiesen enseñado. Thich Nhat Hanh entonces hizo señas a los dos niños que habían permanecido callados. Ellos sonrieron, unieron las palmas de sus manos, y dijeron en pali: “Me refugio en la Vírgen María”.

El sonido de la plegaria era el mismo. En aquella playa, aquella tarde, Thich Nhat Hanh cuenta que encontró una armonía y una serenidad que muy pocas veces había experimentado.


Kwan Yin, Diosa de la compasión y misericordia, madre, Buda femenino o como quieran llamarla se está haciendo cada vez más conocida. A ella se le atribuyen milagros y es considerada una mujer santa.

Conocida como la Diosa de la misericordia, protectora de las mujeres y niños, Diosa de la fecundidad. En la tradición budista la madre Kwan Yin es una gran deidad, ya que se dice que escucha la compasión y súplicas de todos los seres humanos, incluso se menciona que sería la propia reencarnación de la Virgen María.

“La leyenda cuenta que Kwan Yin hizo votos para no ingresar al cielo o “Nirvana” hasta que el último de los humanos se haya liberado de su sufrimiento”.

Se cree que Kwan Yin era la Princesa China Miao Shan que habría vivido en el año 700 A.C. época en que habría realizado sus votos para ayudar a la humanidad.

A la madre Kwan Yin se le han atribuido miles de milagros, tiene muchos templos alrededor del mundo que han sido levantados por sus devotos para honrarla y hacer sus invocaciones.

A ella se le implora para ayudar a sanar enfermedades, desilusiones; para neutralizar malas influencias y muchas mujeres utilizan su imagen en la habitación para ayudar a concebir.

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