El Hobbit no tenía problemas de crecimiento



Un nuevo estudio corrobora que el fósil conocido como "El Hobbit", hallado hace una década en la isla indonesia de Flores, pertenece a una especie distinta de la humana y no a un Homo sapiens con problemas de crecimiento.

Bautizado "Hobbit" por sus pequeñas dimensiones que recuerdan a los personajes de la novela "El Señor de los Anillos", de JR Tolkien, aquellos homininis tenían aproximadamente un metro de altura y 30 kilos de peso.

Desde que fueron descubiertos, en 2003 en la cueva Liang Bua, los restos del también conocido como "Hombre de Flores" han sido fuente de debate entre la comunidad científica.

Algunos expertos en biología evolutiva pensaron que los esqueletos eran de ancestros del hombre moderno con aflicciones que impidieron su crecimiento y les dieron cerebros más pequeños.

Otros argumentaron que pertenecían a una especie distinta y extinguida, que denominaron Homo floresiensis.

Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista especializada PLos One y liderado por la antropóloga Karen Baab, de la Universidad Estatal de Nueva York en Stony Brook, corrobora la teoría de que el Hobbit pertenece a una especie distinta, dentro de la familia humanoide.

El equipo científico dice en su informe que sus hallazgos "contradicen la hipótesis de las condiciones patológicas".

Sus conclusiones concuerdan además con al menos otros dos estudios previos, publicados en la revista Nature en 2009, que también argumentaban que se trata de una especie distinta a la del Homo sapiens.
Un solo cráneo

El equipo de Baab hizo comparaciones detalladas entre el único cráneo hallado en la cueva de Flores y varios otros ejemplares del género homo: fósiles de homininis extintos, incluidos el Neandertal y el Homo erectus, entre otros, además de compararlo también con humanos modernos saludables y con condiciones patológicas.

Según Baab, el estudio provee las medidas más precisas y completas hasta ahora de la forma externa del cráneo del "Hobbit".

Una de las conclusiones del equipo es que el cráneo del Homo floresiensis se parece más al de los fósiles de homininis que al de los humanos modernos o que a los ejemplares con patologías de crecimiento.

La antropóloga líder del estudio aseguró que "trataron de probar prácticamente todas las hipótesis" y que, en comparación con estudios previos, su informe aporta una visión "mucho más completa".

En estudios anteriores los científicos sugirieron que es muy probable que a través de muchos años, los cuerpos del "hombre de Flores" evolucionaran hacia un tamaño menor, mediante un proceso natural de selección llamado "enanismo de isla".

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